Menorca vuelve a destacar este año por su excesiva estacionalidad turística, mucho más notoria que en el resto de las islas. Las dificultades a la hora de alargar la temporada turística son un hecho que la Fundación Gadeso achaca a la falta de un transporte rápido y económico, tal y como indica su último informe publicado.
El estudio revela que la Isla ha experimentado un incremento de la ocupación hotelera en comparación con el año 2011. En concreto, el 75 por ciento de los hoteleros encuestados afirman haber aumentado su ocupación, mientras que un 23 por ciento aseguran que se han mantenido respecto al año pasado y tan sólo un 2 por ciento admiten una disminución de su ocupación. No obstante, el informe de Gadeso demuestra que el porcentaje de hoteleros de la Isla que indican haber mejorada su rentabilidad es de tan sólo el 9 por ciento, el menor de Balears.
Del mismo modo, el aumento de la ocupación hotelera no se ha traducido, en general, en un incremento de las ventas de las empresas dedicadas a la oferta complementaria. De hecho, el 45 por ciento de los empresarios menorquines del sector señalan que el volumen de negocio ha descendido, lo que sitúa a muchos negocios en una situación de enormes dificultades económicas y, por tanto, incapaces de reactivar la contratación, según subraya en su informe la Fundación Gadeso.
Actividad paralizada
La paralización de la actividad económica del sector turístico durante el invierno es la principal consecuencia de la estacionalidad que afecta a Balears, especialmente acentuada en Menorca. En esta línea, el estudio alerta de consecuencias como el incremento del paro al finalizar la temporada alta y el estancamiento de la oferta complementaria. Del mismo modo, advierte de que la rentabilidad que han obtenido algunos empresarios hoteleros no es suficiente para acometer la necesaria renovación o modernización de sus establecimientos y, por tanto, tampoco se generan puestos de trabajo en sectores como la construcción y servicios derivados. Gadeso hace referencia también al nulo efecto de la bonificación en las cuotas de la Seguridad Social para contrataciones en los meses de marzo y noviembre y a los recortes de los presupuestos del programa IMSERSO que, según indica, "servia para hacer algo más soportable la temporada baja".
Con todos estos datos sobre la mesa, el estudio de la fundación vaticina una temporada baja con pocas perspectivas de mejora. "La siempre denominada lucha contra la estacionalidad se quedará, como es habitual, en buenas palabras e intenciones, pero sin aplicar ningún plan o medida con efectos reales", concluye el informe.
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