Antoni Mesquida, el conseller de Sanidad del Govern balear que dimitió el pasado miércoles, explicó ayer que su marcha se debe a la imposibilidad de conformar su equipo de trabajo con las personas que él consideraba más oportunas. Esta es la explicación oficial, una información insuficiente y quizás incompleta para el representante en Menorca del Sindicato Médico en (SIMEBAL), Claudio Triay.
De entrada, Triay calificó ayer como "mala noticia" la marcha de Mesquida. Para él, el perfil del ya exconseller era el idóneo para su puesto. "Después del rumbo errático que llevaba la Conselleria antes de su llegada, el nombre de Mesquida generó buenas expectativas entre el colectivo médico, puesto que era una persona de consenso y con una gran experiencia en el sector". No obstante, ha habido poco tiempo para saber si estas expectativas se transformaban en hechos, pues la estancia del conseller en el Ejecutivo autonómico ha sido breve "aunque provechosa", según Triay.
A partir de ahora, el horizonte que se dibuja en la sanidad menorquina es, como mínimo, incierto, según el representante sindical. De hecho, Claudio Triay se confiesa "preocupado porque no sabemos si su dimisión se debe solamente a cuestiones personales, como se ha asegurado, o si detrás se esconden nuevos recortes en el sector sanitario dentro de los Presupuestos del Govern balear para el próximo año 2013". En este sentido, el representante de SIMEBAL añade que "nos preocupa mucho el tema de los recortes, puesto que la sanidad ahora mismo está haciendo aguas y nos falta una persona de referencia, alguien con quien poder dialogar y pactar los cambios que deben introducirse".
Triay se muestra convencido de que "es absolutamente imprescindible que se cuente con los profesionales para diseñar la política sanitaria, puesto que si no vamos hacia una situación tremendamente preocupante". Y en este esfuerzo por el pacto y el diálogo, la figura del actual gerente del Àrea de Salut de Menorca, José Luís Gallego, vuelve a salir a la palestra. Tras la dimisión de Mesquida, el gerente pasa a ser personal de confianza en funciones, en situación de interinidad, pendiente de la llegada del nuevo conseller y de la decisión que éste tome. En esta línea, Triay simplemente recuerda que "desde siempre hemos pedido diálogo, consenso y más comunicación, algo que ahora mismo es escaso o prácticamente nulo. Entendemos que hay que hacer esfuerzos, pero éstos deben realizarse con el conocimiento del personal, que es quien realmente toca la realidad con las manos".
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