Los policías del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía que llevaron a cabo la investigación, tras el hallazgo de la maleta con los restos del niño en Binidalí, y que procedieron a la detención de Mónica Juanatey, contradijeron ayer ante el jurado popular la versión de la acusada de que fue presionada para confesar.
Así, el jefe del grupo explicó que en su primera declaración, tras ser detenida, Mónica Juanatey aseguró que la muerte del niño había sido un accidente. Sin embargo, posteriormente, una vez que la policía tenía ya más información y datos que no coincidían con su versión del supuesto accidente, instaron a la mujer a realizar una segunda declaración ampliatoria.
Insistió el policía en que esa declaración se llevó a cabo con todas las garantías legales y que en ella Mónica confesó. "Dijo que estaba arrepentida, que quería colaborar con la Justicia y que lo había ahogado en la bañera", manifestó el policía de Homicidios.
Negó rotundamente que se le dijera a la madre que "el niño tenía el cuello roto", como aseguró Mónica por la mañana en su declaración, y también negó rotundamente que se instara al compañero sentimental de la acusada (que fue llevado también a la Comisaría en el momento de la detención de Mónica) para que le recomendara que "dijera la verdad".
Otro de los agentes explicó cómo el análisis de objetos que se encontraban en la maleta junto a los restos del pequeño fueron las pistas a seguir para acabar identificándolo. "El círculo se fue cerrando viendo si había denuncia, la fecha de los cómics que había en la maleta para datar la desaparición, los cromos… preguntamos si estaba escolarizado, vimos que tenía el DNI caducado y que no había ido al médico en los últimos años. Eran indicios de que se trataba de él", explicó el agente.
Los policías corroboraron que cuando se detuvo a Mónica en la casa de Maó en la que vivía con su pareja sentimental, se le preguntó por su hijo y que ella contestó que estaba en Galicia. En este momento, la policía ya había hablado con los abuelos, que habían asegurado que hacía dos años que no lo veían. Se le dijo, "en la puerta de su casa" –indicó uno de los agentes-, "que estaba detenida por un delito de homicidio".
En cuanto al lugar en el que se halló la maleta (la finca Binidalí de ses Vilotges, en el barranco de la cala de Binidalí) y el estado de ésta, el abogado defensor de Mónica Juanatey realizó numerosas preguntas sobre la tipología del lugar y su accesibilidad, con la intención de demostrar que la tiró y que no la escondió.
Precisamente, respecto a la maleta, los hermanos que la encontraron cuando realizaban labores de desbroce de ramas (hijos de la propietaria de la finca) declararon por videoconferencia desde Maó.
El primero de ellos aseguró que el lugar en el que la hallaron no es transitado y se ratificó en que no estaba especialmente escondida. No obstante, aclaró que él "tenía la sensación" de que alguien pudo haberla encontrado con anterioridad, hacerle los cortes, ver lo que había "y se fueron". Añadió que llegar allí no es difícil si conoces el paso, aunque sí desde la carretera y, a preguntas de la defensa, explicó que desde la carretera hay pendiente hasta el muro de "paret seca".
El otro hermano añadió que la maleta estaba en posición vertical y que desde la carretera el terreno hace pendiente, así como que la carretera sí que es bastante transitada por vehículos ya que une dos urbanizaciones.
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