Paisaje. Las gallinas conforman una particular estampa en la zona - Paco Sturla

TW
0

De las setenta gallinas que vivían en el Canal Salat, solamente quedan 17. Concretamente dos gallos, trece gallinas y dos polluelos. Los especialistas venidos de Mallorca para acabar con la población de aves de la zona verde realizaron en la noche del jueves una segunda batida, después de la expectación y polémica generada al mediodía, cuando el uso de una carabina con mira telescópica para matar a las gallinas generó numerosas críticas entre los asistentes a la batida.

Las supervivientes de esta campaña, no obstante, tienen los días contados en el Canal Salat. El concejal de Sanidad, Lorenzo Coll, explica que la brigada especial desplazada desde Mallorca "nos ha enseñado unas técnicas para capturar las aves que desconocíamos, lo que nos debe permitir en dos o tres semanas apresar las gallinas que quedan y recolocarlas en algún hortal o granja".

La actuación del jueves del Ayuntamiento ha levantado una gran polvareda en Ciutadella. El tema se comentaba ayer en todos los bares, y en internet los comentarios sobre la noticia eran muy numerosos. El concejal asegura que "ya me esperaba una reacción como ésta, pues muchas veces la falta de información provoca comentarios sin mucho sentido". Coll defiende la necesidad de la batida de las gallinas, "pues la gente no es consciente de lo que sufren los vecinos, y además los informes avalaban esta iniciativa, por lo que el equipo de gobierno decidió solucionarlo sí o sí, fuera como fuera".

Este periódico se puso ayer en contacto con varios vecinos de la zona, quienes ratificaron las molestias que les generan las gallinas. De hecho, cincuenta de ellos enviaron un documento al Ayuntamiento en el que requerían una solución para el tema. Uno de ellos afirma que "los gallos cantan hasta las dos o las tres de la madrugada, y creo que nosotros tenemos el mismo derecho a dormir por las noches que cualquier ciudadano de Ciutadella".

En este sentido, estos vecinos recuerdan que "existen ordenanzas en el municipio que prohíben tener animales sueltos, que sancionan a quien tiene un perro que ladre a partir de las diez de la noche o un ave que moleste con su canto por la noche. Solamente pedimos que se cumplan las ordenanzas". Los residentes apuntan que, además de la molestia por el ruido, las gallinas provocan otros problemas higiénicos y perjudican la vegetación del Canal Salat, además de ser un peligro para la circulación de vehículos "pues se cruzan en la calzada cuando quieren y pueden provocar un accidente".

Frente a esta opinión, existe la de otras personas que consideran que las gallinas no generan grandes molestias, y las ven como un elemento ya característico del paisaje de la zona. De hecho, ayer varias de estas personas se quejaron de la actuación en el Canal Salat, una actitud que algunos vecinos rebaten afirmando que "si quieren tanto a los animales, que se lleven estos gallos a su casa y les escuchen cantar a las tantas de la madrugada y comprueben como imposibilitan el sueño".

Otro de los vecinos de la zona apunta, en este sentido, que "es impresionante el ruido que hacen. Su canto es un incordio, y de los grandes". Ahora bien, este vecino, igual que algunos otros de los consultados por este periódico, piensan que "seguramente el método para eliminar las gallinas no ha sido el mejor, ni la hora la más oportuna". Sobre estas críticas, el concejal Lorenzo Coll defiende que "si usan este sistema es porque es una práctica habitual. Si no fuera así, no existiría una brigada especial para realizar esta función en el Govern balear".