Mongofra. La aguja, de más de cuatro metros de altura, está sembrada en la arena de la playa al paso del paralelo 400 por el que la artista pretende proseguir su proyecto - N. R.

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Las playas de Mongofra son de ensueño y soñando pensarán muchos que están cuando logren enfocar la mirada en el totem que se yergue en medio de la playa. Se trata de la aguja con la que Nuria Román consigue, por fin, poner la primera puntada para coser el mundo y lo hace por el paralelo 40 porque todo tiene un sentido, el de llamar la atención sobre lo descosido, los desgarros de la vida, la necesidad de estar unidos, puntada a puntada, porque cada gesto cuenta y el primero, hecho realidad, de este proyecto es de gran impacto.

"Coser la tierra - Latitud 400" es el proyecto artístico, colectivo, por el que la artista Nuria Román lleva ya años trabajando con el fin de extenderlo, por el paralelo 40 que pasa por Menorca, al resto del mundo convencida de que "los pequeños gestos son el origen de los grandes cambios". Lo ha explicado, y demostrado, en exposiciones, con un desarrollo de sus propuestas artísticas que le ha valido el reconocimiento necesario para poder materializar, in situ, sus ideas.

La próxima instalación tendrá lugar en las canteras de Líthica donde Nuria Román, siempre bien acompañada por sus seguidores que tiran con ella de todas las cuerdas necesarias, va a coser una gran fractura de piedra que quedará cosida con cuerdas. Para la intervención se requerirá de un equipo de escaladores y de un tipo de anclajes que no dejarán ninguna señal más que la del recuerdo, de las sensaciones y reflexiones que, inevitablemente, se deducen de una propuesta artística que deja huella.