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Me llamo Eva Garriga González, nací en Fornells hace 30 años, y vivo en Sa Roca (Es Mercadal). Soy terapeuta, estoy casada y tengo un hijo. El tiempo libre que me queda lo dedico a "hacer de mamá" porque mi niño es pequeño, pero me gusta mucho cocinar, la lectura, el teatro, e ir al cine.

¿Cuál es su formación?
A los 19 años me fui a Barcelona a estudiar la Diplomatura de Masaje y me especialicé en Medicina Oriental. Posteriormente trabajé en centros de terapia, sobre todo con mujeres, incluso en partos con acupuntura. Es algo que me llama mucha la atención, lo femenino, el proceso de la maternidad, el embarazo... Profundicé en la labor de la doula como figura que acompaña a la mujer en un momento tan importante de su vida, y también imparto cursos y talleres de energía femenina.

Estos cursos se impartirán próximamente en Maó. ¿En qué consisten?
Son talleres en los que se conecta con la propia feminidad a través del baile, el canto, los aromas... El objetivo es potenciar esa sensibilidad que poseemos en una sociedad tan estresante y masculina como la de hoy en día. Se enseña a escuchar al cuerpo, a entender el ciclo menstrual, que no son unos días, si no todo un mes, y ver cómo nos afecta. El caso es aprender de nosotras mismas y tener un espacio en el que escucharnos y compartir.

Otro de los talleres que imparte ayuda a padres y madres en el proceso del embarazo...
Sí. Se ofrecen herramientas a los padres y madres para que descubran y decidan qué tipo de embarazo y parto quieren tener. Hace años que todo esto parece seguir una sola línea pero no es así. Los padres y madres tienen derecho a saber qué análisis y pruebas pueden o no hacerse o qué procesos seguir o evitar. Los talleres tienen su parte teórica pero también se preparan unos ejercicios en casa, como leer algún libro, ver películas...

Parece que las madres de hoy tienden a evitar los partos naturales. ¿Es eso cierto?
Sí, es como si quisiese hacerse sin conciencia, deprisa y corriendo. Hay una vertiente que está potenciando devolver ese poder a las mujeres. Todas han superado ese dolor en el pasado pero nos llenan la cabeza de miedos y demás pruebas que te llevan a perder el control de la situación y a generar desconfianza, por lo que a la mínima se escoge la cesárea. Es una pena porque se pierde el vínculo con el bebé, y hay estudios que demuestran que estos niños pueden tener más problemas de salud. La prueba evidente de que el parto se ha desnaturalizado es parir en posición horizontal, para la comodidad del médico.

¿Algún consejo para los futuros padres?
Que se den cuenta de que tener un hijo es algo natural, que va solo. Deben confiar porque la vida se abre paso como lo viene haciendo desde siempre. Que se relajen, descansen, y disfruten de todo el proceso.