Charlar con "Mituro", Miguel Tutzó Robles, constituyó para mí un placer. Con múltiples puntos en común y una entrañable amistad, el diálogo fluye con la espontaneidad lógica que tales premisas entrañan, no hay enfrentamiento alguno pero sí la lógica y sana disparidad de criterios. Además ofrece apuntes sumamente reseñables, tales como "he sido cocinero antes que fraile", o su convencimiento de que su etapa en el "Menorca" fue para él "una escuela de vida".
Nacido en el seno de una familia "católica, apostólica y romana …", ¿dónde iniciaste tu etapa escolar?
Lo de "romana" habría que matizarlo, pero sí, mis raíces familiares son profundamente cristianas … comencé en el parvulario del Colegio San José, con Sor Ana y Sor Demetria. Luego salté al Colegio La Salle.
Pero lo cierto es que …
No quise estudiar, de ahí que mi currículum profesional sea amplio y diverso, y por ello afirmo, con conocimiento de causa, que fui "cocinero antes que fraile"
Primer trabajo, ¿dónde y con quién?
No lo recordarás. Mi inmersión en el mundo laboral me llevó a convertirme en ayudante de instalador de antenas de televisión, con Paco Seguí, pero lo dejé después de una experiencia poco agradable en el cuartel de Santiago. Comprendí que dicho trabajo no iba conmigo.
Me lo imagino, ¿segundo round?
La segunda etapa también es poco conocida. Fui el primer encargado del Hotel Almirante, cuando era un anexo del Rocamar. Durante este periodo fue cuando llegaron los primeros grupos de turistas, las italianas … recuerdo que cada mañana desayunaba "amb els pagesos d'oliaigo", un excelente desayuno, y de ahí, del "Hotel Almirante", pasé al "Menorca".
Yo diría, basándome en la memoria, que me sustituiste.
Algo de esto ocurrió. Antonio Verger Canals me vino a buscar y al poco tiempo y con tan solo 17 años, me hice cargo del área deportiva del rotativo insular.
Este nuevo periplo exige profundizar.
Vamos a ello. Como recordarás porque también tú lo has vivido, en aquellos años el deporte en Maó, concretamente el fútbol, vivía una espiral de beligerancia poco común. Menorca y Unión, o Unión y Menorca estaban enfrentados "convulsivamente", la rivalidad deportiva no siempre era la deseable pero, estuve en mi puesto, toreando lo que me echaban, bueno y malo, durante casi siete años.
Principalmente porque para ti fue …
Mi gran escuela de vida en donde aprendí a "nedar i guardar sa roba" y lo más importante es que supe granjearme el respeto de todos, de los unos y de los otros.
Otra connotación positiva fue el trabajar con gente de una gran talla personal y humana.
¡Y que lo digas!, como Paco Pons Capó, el "personatge més llest que he conegut". Se las sabía todas, en realidad era el "director" en la sombra. También conocí a otra persona excepcional, el Dr. Seguí, trabajador incansable, ejemplo de constancia al que solo descolocaban las llamadas de na Magdalena "sa comare", cuando a medianoche lo requería para un parto, lo demás, trabajo y más trabajo.
La mili se convirtió en un periodo especial.
Efectivamente. Fue precisamente el doctor Seguí quien intentó, a través de sus contactos, que los tenía y muchos, que me liberaran de mis deberes militares para dedicarme al periódico casi en exclusiva, incluso el teniente coronel, Jefe del Estado Mayor, llamó a mi comandante para conseguir dicha liberación, pero éste le replicó diciendo que no podía prescindir de ninguno de sus hombres … y me pasé año y medio cumpliendo con mis deberes en la central de comunicaciones en Es Castell.
Al cabo de unos años y aunque el trabajo en la redacción era de lo más apasionante, tomaste las de Villadiego.
Sí, la remuneración no era excesivamente generosa, y yo proyectaba casarme, y dado que el ambiente deportivo era "complicadillo", poco acorde con mi forma de ser y pensar, dejé el cargo.
Y fue en aquel preciso momento, cuando el doctor Seguí me propuso reengancharme y ocupar la vacante que tú habías dejado. ¿Dónde recalaste?
En Lutresa, con Vicente Grau, asumiendo la jefatura de compras y ventas. No puedes imaginarte las toneladas de carne, congelada y sin congelar, que llegué a comprar y lógicamente a vender. En aquellos años conocí todas las cocinas de los hoteles de Menorca, una etapa en que adquirí una gran experiencia que me sirvió para el futuro y me proporcionó una visión totalmente desconocida de la realidad del mundo de la alimentación.
¿Te arrepentiste de no haber querido estudiar?
Sí, pero en el día a día, y en los distintos puestos de trabajo que he ido ocupando, siempre me sentí satisfecho y realizado, pero ello no quita mi desazón por no haber querido estudiar cuanto pude y debía hacerlo.
Sigamos con tu estela profesional, porque de Lutresa, recalaste en un muevo estadio totalmente diferente al anterior.
Sí, al mundo del mueble, principalmente "moble mallorquí" aunque fuimos ampliando la oferta y ofrecimos, por primera vez en Menorca, toda una amplia gama dentro de éste sector. En esta etapa también aprendí mucho, especialmente de la forma de operar y de la seriedad de los fabricantes y comerciantes del País Vasco. Una simple llamada a la secretaria de cualquiera de las fábricas con las que operábamos era suficiente para que al cabo de una semana, poco más o menos, recibiéramos el pedido. Las Cooperativas vascas, sus sociedades anónimas laborales, funcionaban y creo que siguen funcionado, con la máxima eficacia. Sin duda son un ejemplo a imitar.
La siguiente zambullida te llevó al mundo financiero.
Efectivamente, como director de una oficina bancaria bajo la esfera del Banco de Santander y lo hice en un momento muy importante, cuando el grupo Santander, de la mano de Emilio Botín, uno de los mejores banqueros no ya de España sino a nivel mundial, empezaba su expansión.
Nadie duda de que Emilio Botín, en el mundo bancario, es un número uno.
Un banquero con una gran capacidad de trabajo y una visión certera de cada momento. Pero volviendo a mi trabajo, añadiré que esta etapa fue muy dura, pero también muy positiva por lo que durante ella aprendí.
Y acabaste, si no recuerdo mal, en el sector inmobiliario.
En el área financiera de una inmobiliaria local. Me ocupaba, principalmente, de todo lo relacionado con las hipotecas, lo que me permite decir que todos somos culpables de la actual situación de crisis.
Abundo en tus palabras, ¿profundizamos algo más?
Cuando alguien, en la mayoría de ocasiones, me pedía gestionara una hipoteca, en un tiempo en que estas se concedían con excesiva "benevolencia", sabía a lo que se atenía, que las condiciones eran para cumplirse porque para ello las aceptaban y, "estiraven es braç més que sa mànega". La gente vivía alegremente sin pensar que cualquier contratiempo podía generar un "mal sueño", en el que hoy estamos sumergidos.
A pesar de cuanto dices, que es totalmente cierto, hay cosas y casos inaceptables.
Yo no soy un indignado de pancarta pero entiendo a determinados colectivos indignados por cómo han ido y como van las cosas, y con el desarrollo de la crisis …
Tomaremos aire con un tema totalmente diferente, tu etapa alcazareña.
Entré en el Alcázar con 10 años y no salí hasta … exactamente no lo recuerdo, pero estuve jugando unos 15 o 20 años.
Cuando "fichaste", ¿eras todavía alumno lasallista?
Sí, pero el complejo de Es Freginal, el Virgen de Gracia me atraía, al igual que los amigos, y me decante por el club fundado por el "Pater", un hombre con un enorme poder de convocatoria. Todavía le recuerdo cuando jugaba al fútbol, con la sotana arremangaba y sudando como un jabato; el padre Petrus era especial.
¿Recuerdas a algún entrenador de los de tu época?
Al "triunvirato", es decir a Juanete (Juan Fernández), a Salvador Botella Grandío y a Miguel Alejandre, los tres desgraciadamente desaparecidos, fervientes alcazareños, extraordinarias personas y muy buenos entrenadores.
Entre mis recuerdos de niñez hay uno que me sitúa en Sa Costa d'en Deià, a la altura de la entrada de Es Freginal, en un edificio en cuya fachada lucía un impactante rótulo: "Plus Ultra", la gestoría de tu padre.
Mi padre comenzó a trabajar en el almacén familiar ubicado a "baixamar", pero aquel trabajo no iba con él y su inquietud le llevó a Barcelona en donde montó una tienda de muebles y antigüedades, "Noguera y Tutzó", que se convirtió en una de las más importantes de la Ciudad Condal, pero la guerra civil, o incivil, se llevó el negocio por delante y él, autodidacta puro, al regresar a Mahón montó la primera Gestoría Administrativa de Menorca; gestoría por la que pasaron los personajes más importantes de la vida comercial e industrial de la isla.
También fue el fundador de la Cofradía del Vía Crucis y su primer Hermano Mayor.
Efectivamente, cofradía fundada dos años antes de mi nacimiento aunque siempre fue un referente en mi casa. Mi padre, como has dicho fue el primer Hermano Mayor y yo, como no podía ser menos, también ocupé este cargo durante 13 años, dimitiendo del mismo porque considero que tales cargos deben tener un rotación para generar una dinámica de renovación.
Vuelvo a insistir, para darle mayor claridad, sobre las causas que te llevaron a dimitir como responsable del área de Deportes del diario "Menorca"… ¿Razones?
Quería casarme y no ganaba lo suficiente para emprender la nueva singladura. Tampoco las circunstancias del momento dentro del mundo del deporte no eran muy halagüeñas, había poco "seny", los dos equipos mahoneses (Unión y Menorca) gastaban en exceso, las propias directivas estaban agotadas y los mecenas "secos", por todo ello, preferí dar el salto y situarme en otra esfera, en busca de un futuro más propicio a mis intereses.
Tú has sido, dejando aparte tu paso por el "Menorca", un hombre de basket, ¿te ha sorprendido la retirada del Menorca Bàsquet?
No, porque era un medida totalmente previsible. Me ha dolido mucho sobre todo por quienes han trabajado ilusionadamente para dar continuidad a un proyecto difícilmente realizable en una isla como la nuestra y en una coyuntura económica como la que atravesamos. También me duele porque hemos perdido una referencia para el deporte menorquín.
Has vivido los cambios que se han ido produciendo no solo aquí sino en nuestro "perro mundo", ¿qué opinas al respecto?
Cambios los ha habido a manta y de todos los colores. Mi apreciación muy personal es que Menorca ha sido "capdavantera" con relación al resto de las Baleares, me refiero al ámbito industrial, pero la llegada de la globalización ha podido con todo. Lo difícil siempre ha sido el crear y Menorca ha sido creadora, copiar es fácil y otros países, los asiáticos por excelencia, han sabido beneficiarse de nuestras creaciones y como los costes laborales son insignificantes en comparación con los nuestros, se han convertido en amos del mercado, con un producto barato y cada vez mejor.
Cuanto dices me induce a pensar que el futuro de Menorca es cada vez más complicado.
Así es, o así lo veo. Contamos, afortunadamente, con cuatro o cinco firmas de calzado que siguen peleando en base a la calidad, creando un marca de prestigio, pero ¿hasta cuándo aguantarán?
Y el turismo, ¿puede ser nuestra única panacea?
Podría serlo pero hay que definir muchas pocas. Soy defensor del patrimonio, que para mí es un valor inconmensurable para nosotros y para las futuras generaciones , pero hay que buscar un equilibrio para garantizar dicho patrimonio y crear riqueza … Menorca tiene toda una serie de valores por explotar, con solo fijarnos en el puerto de Maó es suficiente, La Mola, en toda su extensión, el Lazareto, la Illa del Rei, la Base Naval, la propia rada con la ciudad sobre ella… siempre he pensado que el puerto de Maó debería convertirse en el principal motor del desarrollo turístico de Menorca.
Los políticos, la clase política como tal, ¿ha estado a la altura de las circunstancias?
No, por dos motivos fundamentales. El primero es que han hecho dejación de algo que es consustancial con su tarea, la de estar al servicio del pueblo, no de los intereses de su partido y de los personales. El segundo fallo es que no todos pueden asumir la responsabilidad política, es muy loable que cualquier ciudadano puede sentarse en un "escaño", pero para hacer relojes hay que ser relojero, que es como decir que el político precisa de una formación lo más amplia posible.
"España está en situación de gran debilidad", Rajoy dixit …
Algo que todos conocíamos porque es la realidad pura y dura. Si las medidas tomadas son las más adecuadas habrá que verlo, lo que puedo adelantarte, desde mi posición bastante crítica, es que el camino a recorrer para recuperar parte de lo que hemos ido dejando en la cuneta, será duro, largo y sumamente difícil.
¿Ni una pizca de optimismo?
Poco, muy poco. El optimismo es un sentimiento y como tal está en contradicción con la realidad, la de los "números rojos", la de la España "recortada".
Ya en la recta de llegada hablaremos de un personaje entrañable. ¿Cuáles son tus recuerdos en relación a "Deleuse", Jorge Sans Seguí, tu suegro?
Era una persona extraordinaria, íntegra, con unos valores humanos y morales impresionantes. Para él, solo la familia y la docencia eran fundamentales. Un hombre que en su etapa juvenil supo sobreponerse a determinadas limitaciones físicas de su familia, y, luego en la posguerra, tuvo que superar las presiones políticas no siendo él culpable de nada; como tú dices, un personaje entrañable y muy querido por todos cuantos le conocieron.
A la vida, ¿qué le pides?
En el plano personal salud, tranquilidad y el cariño familiar. Luego en el ámbito general que profundicemos en el amor al prójimo para que haciéndolo así superemos todos los obstáculos habidos y por haber y convirtamos éste nuestro mundo, en un "paraíso".
Que es como decir hacer realidad el nuevo mandamiento, el de "Amaros los unos a los otros como yo os he amado".
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