La madurez del Festival d'Estiu

No cabe duda que el festival era desde hace ya muchos años un evento consolidado, pero en 2012 nos ha mostrado su madurez al saber reinventarse sin dejar que la crisis se comiera una de las citas emblemáticas de la agenda cultural menorquina junto a su hermano, un año menor, el festival de verano de Maó.

Y así, tras meses difíciles, ayer, pasadas las nueve y media de la noche, se hizo el silencio en Claustro del Seminario para dar inicio a un nuevo verano musical. Sobre el escenario, el Cor Acadèmia 1830, una formación musical famosa por su carácter solidario y que parece entender a la perfección los nuevos tiempos que corren para la cultura. Se puede decir que el coro estuvo ayer en Ciutadella casi por amor al arte.

En lo estrictamente musical, el coro mallorquín se esforzó por dejar patente su fama por aportar una nueva visión del repertorio y abrir la música antigua clásica y contemporánea al gran público, todo ello bajo la batuta Llorenç Gelabert Gual, un artista que además de dirigir el coro actualmente concentra sus esfuerzos en la investigación y en la búsqueda de patrimonio cultural inmaterial de Mallorca.

Tal y como estaba previsto, la primera parte del concierto se desarrolló "a capella", haciendo un recorrido por obras religiosas y profanas de autores diversos del siglo XX. Ya en el segundo tramo del recital, las sutiles líneas melódicas y densas armonías dejaron paso a un lenguaje más popular y, si cabe, con más ritmo y energía, rescatando las canciones de los grandes musicales de Broadway Hollywood. Las melodías de Bernstein, Gershwin y Porter inundaron el recinto.

Próxima cita

La actividad en el festival no se retomará hasta el viernes 20 de julio, cuando está previsto que actúe Menaix a Truà, grupo formado por Cris Juanico, Juanjo Muñoz y Toni Xuclá, acompañados para la ocasión durante una parte del recital por la Banda de Música de Ciutadella, sin duda uno de los platos fuertes de la recién estrenada edición.