Recuerde usted su paseo habitual por los alrededores de su casa. No hace falta que se levante de su asiento, simplemente recréelo en su imaginación. Seguramente en su recorrido verá árboles, niños correteando y alguna farola. Quédese con este último elemento. Dibújela. Si es de esas de palo alto con una luminaria al final, vamos bien.
Si ha paseado alguna vez de noche, habrá contado con la ayuda de la bombilla que, desde lo alto de esa farola, le ilumina el camino. ¿Se ha preguntado alguna vez cuánta electricidad consume esa bombilla, y cuánto cuesta? Imagínese, por un momento, que las cosas cambiaran, y que no solamente esa farola no consumiera electricidad, sino que incluso la produjera.
Pues bien, el ingeniero ciutadellenc Manel Juan, junto con dos compañeros catalanes, ha trasladado este supuesto imaginario a la realidad, y su proyecto, ya casi convertido en realidad, es uno de los cinco que optan al premio que la Caixa convoca para nuevos emprendedores en Balears.
La idea surgió unos cuatro años atrás, en la universidad. En la asignatura de Tecnología del Medio Ambiente, Manel se fijó en los aerogeneradores, es decir, lo que conocemos vulgarmente como molinos de viento para generar electricidad.
Al analizar lo que existía en el mercado, este ciutadellenc se dio cuenta de un dato revelador. Prácticamente la mitad de lo que cuesta instalar uno de estos dispositivos se destina a sufragar la obra civil, es decir, en construir el sustento que aguanta el molino. Ante esta situación, Juan se planteó si existía alguna manera de ahorrar este coste, y la respuesta fue que sí, que existía la fórmula: aprovechar instalaciones ya existentes. Las más fáciles, las farolas, aunque no las únicas.
Se trataría de montar estos molinos de viento de eje vertical en farolas, torres de iluminación o tejados, y aprovechar la energía eólica para generar electricidad. Para que se hagan una idea, y de manera muy vulgar, como los molinos de Es Milà, pero a escala doméstica y sujetos en una farola.
La idea es ha ido desarrollando durante este tiempo a través de la empresa que tiene junto a sus dos socios catalanes, Dobgir SL. En una semana, dispondrán del prototipo definitivo de uno de los aerogeneradores, el más pequeño de todos, ideal para instalarlo en una farola. A partir de aquí, la hora de la verdad se acerca, y todo hace pensar que en octubre ya se podrá vender el invento.
Los primeros contactos para comercializar este proyecto han sido, cuenta Juan, realmente satisfactorios. En Alemania, la acogida ha sido "excepcional". Y es que, por ahora, es más fácil que este aerogenerador se venda en el exterior por una razón muy simple, la amortización de la inversión.
En otros países europeos como la propia Alemania, Inglaterra o Suecia, la energía que se genera con una instalación de este tipo tiene un comprador asegurado. Pongamos que el molino produce más energía que la que necesita el usuario que lo ha instalado (sea un particular, una administración para un punto concreto...). Si se quiere almacenar, hay que contar con unas baterías que encarecen el producto.
En los países anteriormente citados, la legislación obliga a las grandes empresas generadoras de electricidad a comprar esa energía sobrante al mismo precio que está en el mercado. Es decir, si hay sobrante, se cobra por él. En España, en cambio, esta normativa no existe, aunque Manel Juan confía en que dentro de este mismo año esta situación cambie para los aerogeneradores de menos de 100 kilowatios, es decir, para todos los que comercializará Dobgir SL.
La actual situación legislativa permite que en los países nórdicos, el gasto que se hace para adquirir e instalar un aerogenerador como el que ha creado Juan se recupere en un plazo más corto de tiempo, aproximadamente unos cinco años. En España, ahora mismo esta amortización es más lenta, pero eso no hace que la iniciativa no haya despertado interés en ciertos sectores.
I+D+I en Menorca
El proyecto de Manel Juan y sus socios, además de raíces menorquinas, tendrá también su implicación con la Isla en su fabricación. Así, este producto del famoso I+D+I (Innovación, Desarrollo e Investigación) contará con elementos fabricados en Menorca.
Esta es la intención del ingeniero ciutadellenc, que ya se ha puesto en contacto con los potenciales fabricantes para que den forma a las partes de fibra de vidrio que compondrán los aerogeneradores. El resto, los componentes de acero y aluminio, se fabricarán en Catalunya.
El próximo lunes se falla en Palma el concurso de emprendedores de la Caixa. Si el proyecto de Manel Juan gana, obtendrá 5.000 euros, un curso de alto directivo en Estados Unidos y una línea directa con la cuna de las nuevas tecnologías, Silicon Valley. Sería el espaldarazo definitivo para un proyecto que parece andar ya con muy buen pie, y que demuestra que también en Menorca se puede trabajar en I+D+I y labrarse un buen futuro.
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