La pérdida de cinco banderas azules en la Isla, todas ellas en el término municipal de Ciutadella (Son Xoriguer, Cala Blanca, Cala en Bosc, Santandria y Cala en Blanes), ha levantado ampollas entre el sector turístico menorquín, que de forma unánime habla de un importante paso atrás.
Las explicaciones de la concejala de Medio Ambiente, Juana Mari Pons, no parecen convencer a los principales afectados. La edil argumenta que el Consistorio "no solicitó" las banderas "para poder ahorrar 55.000 euros" en la contratación de un segundo socorrista por playa, requisito obligatorio para quienes otorgan este distintivo reconocido internacionalmente. La popular se defiende diciendo que las playas sí tienen la bandera verde que otorga el certificado AENOR.
Desde la Asociación Hotelera de Menorca (ASHOME), su gerente, Joan Juanico, califica la pérdida de las enseñas como "un retroceso en la calidad del producto turístico", algo que puede representar "un daño por el momento incuantificable".
Desde la patronal hotelera se muestran además muy preocupados por el eco mediático que cada año tiene la concesión de las banderas y que a nivel nacional se haya hablado de que la causa de la retirada de la distinción sea la falta de socorristas. Al respecto, Juanico advierte "que lo ha visto mucha gente, y entre ellos los touroperadores", sin pasar por alto lo que la falta de vigilantes puede suponer en materia de seguridad.
En ASHOME hacen hincapié en que es un "paso atrás" en la promoción del producto turístico "cuyo producto estrella son las playas. Lo que no podemos entender es que considerando que el turismo representa cerca del 80 por ciento del PIB de la Isla no haya suficiente capacidad económica para afrontar situaciones como ésta", argumenta el gerente de la patronal hotelera, quien insiste en que a la hora de fijar prioridades "mantener la calidad del destino tiene que estar por encima de otras".
Por último Juanico se muestra preocupado por el hecho de que la pérdida se produzca en uno de los municipios con más capacidad de alojamiento turístico.
Urbanizaciones
La decepción también se ha instalado entre los hosteleros. Pedro Capó, presidente de la asociación Blancandría, en Cala Blanca, señala que "creíamos que el nuevo Ayuntamiento apostaría más por el turismo, pero vamos para atrás". Para colmo, el negocio en el mes que acaba de comenzar ha arrancado "muy flojo. Hay menos gente que en mayo", confiesa con resignación.
Por su parte, Toni Barber, representante de los comerciantes y hosteleros de Cala en Blanes, lamenta "el retroceso" que la noticia supone de cara al sector servicios, "el más importante de la Isla". Barber va más allá y plantea que si hubiera accidentes por falta de socorristas "a quién se pedirá responsabilidad civil". En ese sentido, la concejala de Medio Ambiente señala que la normativa del Govern sólo requiere la presencia de un vigilante.
El presidente de los comerciantes de Cala en Blanes califica el inicio de la presente temporada turística como "el peor de la historia de Menorca", y como solución pide "regularizar urgentemente la oferta del todo incluido".
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