Puerto. El arquitecto técnico inspecciona los trabajos preliminares como es el replanteo del terreno - Javier

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Las obras de construcción del ascensor que conectará el Moll de Llevant con el Paseo Marítimo de Maó ya han comenzado. El proyecto realizado por el arquitecto Nicolás Faedo y que corre a cargo de la constructora M. Polo tiene un plazo de ejecución de cuatro meses y un presupuesto que asciende a 2,6 millones de euros. El grupo gallego COMAR, es el promotor de la Instalación en virtud del acuerdo urbanístico firmado en 1999 con el Ayuntamiento de Maó. El equipo de gobierno municipal pretende que el ascensor esté operativo este mismo verano.

El arquitecto técnico del proyecto e ingeniero de edificación, José María Michelena, explica que los operarios ya han procedido a la preparación del solar que albergará el "edificio de comunicación vertical". Éste incorpora el citado ascensor que salvará un desnivel de unos 16 metros de altura, una escalera y un transformador que suministra energía a los pantalanes de la empresa Trapsa. "Será un edificio singular que tendrá poco mantenimiento. Habrá gente a quien le guste y a otros no, pero será un edificio emblemático", apuntó. Las malas condiciones meteorológicas del inicio de la semana han retrasado el arranque de los trabajos de cimentación. Según Michelena estos consisten en la realización de "micropilotajes", es decir, pequeñas perforaciones en el terreno en las que se inyecta hormigón armado y hierro a gran profundidad para aumentar su resistencia. La estructura del edificio será de hormigón visto y la fachada con vistas al mar será acristalada.

El reto político de Reynés
Para el equipo de gobierno del PP, la instalación del ascensor se ha convertido en un reto político consciente de que la confianza de los ciudadanos es limitada. Después de que la alcaldesa, Águeda Reynés, conminara a principios de año de forma decidida a las entidades implicadas en el proyecto a asumir su responsabilidad, el Ayuntamiento ha desbloqueado por fin un proyecto que llevaba encallado trece años. El último escollo fue el reciente traslado del transformador que ocupaba la parcela donde ha comenzado a levantarse el edificio del ascensor.