La trayectoria del zapatero comunista de Es Castell

Amantegui abandonó España con 18 años, en 1923, para no realizar el servicio militar. Su destino fue Cuba, donde llegó a ser jugador profesional de fútbol en la primera división de la Isla, se casó con una cubana y tuvo un hijo. Perteneciendo al movimiento comunista, viajó a Guatemala aunque decidió volver a España cuando se proclamó la II República. Formó el partido comunista en Es Castell y fue alcalde del pueblo durante 1936 y 1937, además de Comisario de Guerra.

Posteriormente, Amantegui se fue a Francia, donde continuó colaborando con la resistencia francesa en la clandestinidad, algo que le llevó a pisar la cárcel en varias ocasiones. Llegó a estar en un tren con dirección a Alemania tras ser detenido por la Gestapo pero logró saltar por una ventana, quedándose de nuevo en territorio francés durante unos años.

En 1953 vuelve a Cuba al ver que el régimen en España no iba a cambiar, pero se encontró con el golpe de Estado de Batista. Amantegui enlazaba así la tercera guerra en pocos años. Se unió al movimiento castrista, hasta que en 1959 la Revolución gana, momento en que la vida del menorquín se estabiliza. Encuentra trabajo como encargado de una fábrica de zapatos y vive con su familia.

En 1980 vino de visita a Menorca una temporada, donde se le rindieron homenajes. Pero, al poco tiempo, su mujer muere en Cuba, un suceso que afectó de manera grave a Amantegui.

En 1995 vuelve a tierras menorquinas, muriendo en Maó a los pocos días.

Josep Portella profundizará en los detalles de la vida de Miquel Amantegui, con una película documental de un director cubano sobre el comunista y su mujer. "Estos personajes deberían tener mayor trascendencia histórica. Recopilar los datos de sus vidas y escribir sus biografías es una gran labor de investigación, con la que se consigue aportar más información a la bibliografía de Menorca del siglo XX. Son personajes e ideas políticas que el franquismo eliminó", dice Portella.