Medio centenar de vendedores ambulantes de Ciutadella tomaron ayer a media mañana el Ayuntamiento para protestar. Sobre las once de la mañana accedieron a la Casa Consistorial con el objetivo de no moverse hasta ser atendidos por el alcalde. Una hora y media después, José María de Sintas se reunió con los vendedores ambulantes en la Sala de Juntas, en un encuentro improvisado.
El colectivo expresó su indignación por la actuación de la concejala de Comercio, Esperança Juaneda, y solicitó la mediación del alcalde "para desencallar una situación que la edil está llevando al extremo". Los vendedores manifestaron que dejan de reconocer a la concejal como interlocutora y critican "el incumplimiento de palabras y compromisos y el menosprecio que nos ha demostrado a los profesionales del sector".
La reunión con de Sintas dio sus frutos. Según Montserrat Carbonell, presidenta de la Associació de Venedors Ambulants de Menorca, el alcalde se comprometió a la renovación de las mismas licencias concedidas el año pasado, siempre que los titulares cumplieran con los requisitos.
Aseguran que el alcalde y la edil Esperança Juaneda, "en noviembre de 2011 se comprometieron ante los representantes de la asociación a que los vendedores de los mercados de la Costa de Capllonch y de la Plaça des Born podrían renovar sus autorizaciones de venta para el 2012 para la estabilidad profesional al colectivo".
No obstante, aseguran que "esta misma semana, la concejala se ha negado a esta posibilidad comunicando que la concesión de licencias se haría en base a unos criterios, que ella confesó desconocer, eludiendo ninguna posibilidad de diálogo y de negociación". Es por eso, que ayer el colectivo se mostró satisfecho de haber logrado que el alcaldes desbloqueara la renovación de los permisos, de los que dependen los ingresos de 60 familias en Ciutadella.
El otro compromiso del alcalde fue reunirse con el sector tras Semana Santa para abordar el traslado del mercado de Es Born a Es Pins. De Sintas se comprometió a abordar un estudio que avale el traslado.
"Pese a que estamos en contra, al menos debe haber informes que avalen el cambio de ubicación", dice Carbonell.
Los vendedores ambulantes consideran que la instalación de 40 paradas en la Plaça des Pins generaría problemas de circulación, y creen que la plaza no está preparada para realizar cargas y descargas, el suelo es de tierra y es difícil instalarse entre el arbolado y el mobiliario urbano.
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