"Con un poco de apoyo de la Administración, el futuro de la ganadería en esta tierra está garantizado, porque la vocación y la calidad están", afirmó ayer José Manuel Paz Conde, juez del XXVI Concurso Morfológico de Ganado Vacuno de Menorca. Después de evaluar las reses participantes en el certamen, centro de las actividades programadas en el marco de la Fira del Camp de Alaior, Paz Conde examinó las jóvenes terneras y futuras promesas de la cabaña vacuna menorquina, que consideró de una extraordinaria calidad.
"Lo más difícil ya lo habéis conseguido", aseguró José Manuel Paz ante el público, los ganaderos y las autoridades que asistieron al concurso durante la jornada de clausura de la feria. Natural de una tierra ganadera por excelencia, Comillas (Cantabria), Paz Conde declaró que los animales de la Isla "tienen un gran valor genético y capacidad para competir con las vacas de la Península".
Paz Conde había estado en Menorca con anterioridad, y hacía ocho años que no juzgaba en el certamen de Alaior. El cambio del que ha sido testigo ha sido para mejor.
"Hace ocho años había buenas vacas, pero han evolucionado de forma positiva, ahora hay más igualdad y más competencia entre los ganaderos", afirmó ayer, momentos antes de la entrega de trofeos del concurso morfológico. José Manuel Paz, que ha juzgado en concursos nacionales y también en otros celebrados en Italia, Bélgica y Portugal, cree que las vacas españolas están al mismo nivel que las europeas, y pueden competir con garantía de éxito.
Procedente de una estirpe ganadera, Paz manifestó ayer que en el norte de España la crisis se nota, no sólo en las dificultades propias del sector -uno de los más marcados por las políticas comunitarias-, sino también en un regreso de trabajadores al campo. "El retorno a la tierra es algo que en Cantabria, con la crisis del ladrillo, se está dando, porque si no hay trabajo en la ciudad, en el campo al menos hay personas que ven más garantizada su subsistencia".
El pienso, más caro
En el campo no obstante continúan los problemas de rentabilidad de la producción. El vicepresidente de la Asociación Frisona Balear, Joan Coll Allès, se mostró "muy contento" del alto nivel de participación en el concurso morfológico. "No esperábamos una buena respuesta ganadera, porque con la crisis hay gente que no puede comprar comida para los animales", aseguró.
Y es que una vaca consume entre 6 y 12 kilogramos de pienso al día y los ganaderos menorquines pagan, por cada kilo, 0,34 céntimos de euro -más caro que en la Península-, mientras que el precio medio base al que se vende el litro de leche es de 0,30 céntimos.
"Si quieres que produzcan leche, tienen que comer pienso", explicó el vicepresidente de la asociación, "porque el pasto, que es muy bueno para los animales, es en un 80 por ciento agua".
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