El puerto de Maó permaneció ayer cerrado al tráfico marítimo por el temporal de tramontana desde las nueve de la mañana hasta las cinco y diez de la tarde, cuando fue reabierto.
El cierre no afectó a ninguna línea de transporte regular de pasajeros ni mercancías, puesto que el buque de Acciona-Transmediterránea no tenía previsto zarpar de Barcelona hasta las 23 horas de ayer. Por la tarde, la compañía no había cancelado el trayecto por lo que es previsible que el buque pueda llegar a primera hora de esta mañana a la Isla.
Pese al cierre y el mal tiempo, la flora pesquera de Maó salió a faenar por la zona del sur. Una parte de los pescadores regresaron a mediodía, mientras que barcos como el "Ciutat de Maó" completaron su jornada habitual.
El puerto de Maó se cierra cuando se supera el límite de viento de 30 nudos. Según fuentes de Capitanía Marítima, los vientos o rachas a partir de este límite pueden afectar la maniobrabilidad de los buques y la seguridad en el puerto.
En la actualidad se sigue el plan de cierre que fue aprobado en 1998. Capitanía Marítima es el organismo competente en la seguridad del puerto. Cuando se detectan vientos superiores a los 30 nudos, Capitanía Marítima presenta una propuesta de cierre a Autoridad Portuaria, el organismo competente en la gestión del puerto de Maó. Entonces los prácticos del puerto evalúan la recomendación y, a partir de la propuesta de Capitanía, aconsejan a Autoridad Portuaria el cierre del puerto. Ayer por ejemplo, la orden del cierre se produjo a las nueve de la mañana.
El protocolo de cierre sigue vigente desde 1998. No obstante, desde Capitanía Marítima se estudia revisar el plan y actualizarlo. Según fuentes consultadas, el objetivo es incorporar las nuevas variables a tener en cuenta desde esa fecha. Es decir, durante estos 14 años se han introducido cambios en los servicios en el puerto, en la distribución de los amarres, en la instalación de equipamientos y en las rutas de transporte marítimo regular, entre otros aspectos a tener en cuenta.
Según Capitanía Marítima, esto no significa que el plan aún vigente no sea conforme, simplemente se persigue mejorar el protocolo. La previsión es que Capitanía aborde la revisión a lo largo de este año.
El "Nura Nova", el único que garantizó las conexiones
Mientras el puerto de Maó permanecía cerrado por el temporal, el puerto de Ciutadella se mantuvo ayer operativo.
El "Nura Nova" de Iscomar fue el único buque de transporte regular que mantuvo los enlaces y la conexión de la Isla con el exterior. Baleària canceló los trayectos previstos con Ciutadella, y el buque de carga "Ippotis" permaneció amarrado en Barcelona y el "Ramon Llull" en Alcúdia.
Así, el buque de Iscomar atracó en el puerto de Ciutadella poco antes de las doce del mediodía. A pesar del mal tiempo, la ruta para cruzar el Canal de Menorca transcurrió con normalidad. El "Nura Nova" tenía previsto zarpar a las 16 horas, no obstante retrasó la salida hasta las 20 horas con destino de regreso a Alcúdia.
El viento norte sopló ayer a una media de 55 kilómetros por hora, y según la delegación en las Islas de la Agencia Estatal de Meteorología, las rachas fuertes de tramontana alcanzaron lo 84 kilómetros por hora en las zonas costeras. El viento causó temporal en el mar, con puntas de oleaje de hasta 5 metros de altura, según confirma AEMET.
A lo largo del día, se registró una temperatura mínima de 8,7 grados centígrados. En las últimas semanas el temporal de viento ha hecho estragos. En lo que llevamos de año, el puerto de Ciutadella se ha cerrado en cuatro ocasiones por tramontana. Fue entre el 6 y el 8 de febrero que el dique, junto al puerto de Maó, permanecieron cerrados a consecuencia del temporal. Fueron tres jornadas seguidas en que la Isla quedó aislada por mar. La última vez que el puerto de Ciutadella volvió a permanecer sin operar fue el pasado día 20 de febrero.
Existe la posibilidad de que los dos puertos de la Isla puedan volver a cerrar ante las previsiones de fuertes rachas de viento anunciadas por AEMET para el jueves, día 8. La incidencia de la tramontana, que ha soplado con fuerza durante el pasado mes de febrero, puede apreciarse a simple vista en el campo, con la vegetación arbustiva "quemada" por la sal que arrastra el viento norte.
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