Pelos alborotados, manos en los bolsillos, bufandas con vuelta y media y guantes y gorros desempolvados de los armarios acompañaron ayer a los isleños en sus quehaceres diarios. Y es que la jornada de ayer fue muy fría, con unas temperaturas que oscilaron entre los ocho y los seis grados centígrados y rachas de viento del norte que alcanzaron los 80 kilómetros por hora.
El ambiente gélido se apoderó de la Isla y, sin duda, quien más pudo percibirlo fueron los habitantes de Ferreries quienes vieron cómo la noche del domingo al lunes el núcleo quedaba cubierto con un manto de granizo. Esta precipitación en forma de hielo empezó a caer a media noche y duró un cuarto de hora aproximadamente, según informa la Policía Local del municipio, quien no registró incidencias por este fenómeno meteorológico.
Así, y aunque la Agencia Estatal de Meteorología en Balears indique que las predicciones apuntan a una mejoría, es a partir del jueves cuando se pronostica una nueva ola de frío que puede acabar cubriendo la Isla con un manto blanco de nieve. Según el director del Instituto Meteorológico de Balears, Agustí Jansà, y a la espera de que se confirmen las previsiones para los próximos viernes y sábado, la nieve a nivel del mar puede ser protagonista de este fin de semana.
La Agencia de Meteorología decretó para ayer la alerta naranja por fenómenos costeros y viento. Esta situación obligó a cerrar el puerto de Maó el domingo a las 21.40 horas y continuó sin operar hasta las 18.30 horas. Aun así, el cierre no tuvo incidencia en la rada mahonesa puesto que no había previsión de entrada de buques durante la jornada. Por su parte, las navieras Iscomar y Balearia que operan desde el dique de Son Blanc también se vieron obligadas a anular sus trayectos previstos para ayer con la previsión de que el puerto pueda operar con normalidad desde hoy.
Las temperaturas máximas alcanzaron el domingo sólo los diez grados centígrados mientras que las mínimas no superaron los seis grados. Asimismo y respecto a las precipitaciones, el Aeropuerto de Menorca ha registrado en los últimos tres días hasta 27 litros por metro cuadrado que compensa lo seco que ha sido el mes de enero. Además, en el mar las olas han llegado a alcanzar los cinco metros de altura.
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