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El número de denuncias interpuestas a raíz de los dispositivos instalados en la Me-1 a su paso por Mercadal se ha reducido en un 75 por ciento en solo dos años

Durante el año que acaba de concluir, los radares fijos instalados en Es Mercadal, en el punto kilométrico 21,4 de la carretera general, 'cazaron' a 2.719 conductores que circulaban a velocidades superiores a los 50 kilómetros por hora, lo que supone un descenso de más de la mitad en relación a las multas que se pusieron en 2010, y una bajada de hasta el 75 por ciento respecto a las que se tramitaron en 2009.

Los radares, que empezaron a operar en abril de 2008, captaron a velocidades excesivas a un total de 10.844 conductores en 2009, el primer año válido comparativamente. Un año después, el número de denuncias se redujo de forma muy importante, a casi la mitad, pasando a ser 5.544 los denunciados. Esta cifra se ha reducido aún más durante el último ejercicio, hasta los citados 2.719 infractores de 2011.

Para el director insular de la Administración General del Estado, Javier Tejero, estos datos sirven para "sacar una buena conclusión, que se cumple el efecto disuasorio de los radares" y que los conductores son más conscientes hoy que hace tres años de que la velocidad debe adecuarse al paso por los pueblos. "Se ha incorporado en el imaginario popular el límite de velocidad", afirma.

Alaior

Por otro lado, Tejero señaló que los radares fijos instalados en Alaior están pendientes de que el departamento de Carreteras del Consell certifique los límites de velocidad de la vía, algo que se espera quede resuelto en breve. Será entonces cuando los dos dispositivos podrán entrar en funcionamiento.