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Me llamo Gaie Howard Higgins Smith, tengo 65 años y nací en el sur de Inglaterra. Estoy casada y vivo en Menorca desde hace 33 años. He sido profesora de Arte Dramático, oficial militar, funcionaria, empresaria, e instructora de buceo. Me encanta la natación, montar a caballo, leer, aprender idiomas, la gastronomía, la música, y todo lo que tiene que ver con la naturaleza.

¿A qué se dedicaba antes de llegar a la Isla?
Estudié para ser profesora de Arte Dramático. También estuve tres años de oficial en el Ejército y me destinaron una temporada a Alemania. Posteriormente, conocí a mi marido y me casé, para después formarme como asesora vocacional de jóvenes. Tras un par de años, me dediqué a ello trabajando con jóvenes discapacitados en Londres, y también ayudaba en la compañía de teatro que había puesto en marcha mi marido. Finalmente, los dos tomamos la decisión de venir a Menorca

Y, ¿qué tal el cambio de aires?
Muy bien. Me gustó mucho la naturaleza de la Isla y me recordaba al suroeste de Inglaterra, de donde es mi familia, con la costa, los acantilados... Tuvimos que acostumbrarnos a la forma de vida, el idioma, y demás pero me encantó la forma de ser de los menorquines y todo lo tradicional. El único problema es lo que siempre sucede en todos los sitios pequeños, que haría falta más variedad de ocio y compras. Sin contar con el problema de la frecuencia y el coste de los vuelos.

Montaron el primer supermercado de Cala en Porter. ¿Los turistas solían buscar productos de sus países?
A veces sí, y también para cosas puntuales, como la salsa Perrins, los "cornflakes", las "baked beans", los "fish fingers", o los "nuggets". Era 1979 y aquí no había congelados, costaba mucho encontrarlos y, en general, la población local era reacia a comprarlos, todo lo contrario que los extranjeros. Tras cinco años, decidimos dejar el negocio porque ya estábamos cansados y teníamos otros intereses.

Aprovechando que fue profesora de inglés, le pregunto: ¿Por qué cree que hay un nivel tan bajo de ese idioma en España?
No sé la respuesta. Supongo que es porque los jóvenes no se dan cuenta de lo útil que resulta hasta que tienen que enfrentarse a la vida laboral. Los medios de comunicación tampoco ayudan, y es curioso, porque en los colegios e institutos se imparte la asignatura.

Por otro lado, se ocupó de varios centros de buceo en la Isla.
Cuando llegué a Menorca, no se practicaba buceo deportivo por falta de cámara hiperbárica. Se instaló una en el antiguo hospital y Capitanía dio permiso para practicarlo. Vino un buzo inglés y quiso montar un centro en S'Algar, que me pidió que le asesorara y tradujera. Me saqué el título de instructora y acabé llevando la gerencia del negocio. Posteriormente, me ocupé de un centro en Cala en Bosc, donde se realizaban actividades náuticas. Aunque ya no tengo forma física, me sigue encantando el buceo.