Mientras Ayuntamiento de Ciutadella y Govern balear no se ponen de acuerdo en el tema de la desaladora, la planta está totalmente acabada y lista para empezar a producir agua sólo con apretar un botón. A día de hoy, no hay fecha para la puesta en marcha de esta infraestructura, y es más, el acuerdo entre Ejecutivo autonómico y Consistorio parece a día de hoy muy lejano, y se intuye muy poco probable que la planta se ponga en marcha solamente para suministrar agua a la urbanización de Cala en Bosc.
Con esta incertidumbre planeando, llega el primer aviso de la empresa que construyó la planta y que debe gestionarla durante los próximos quince años. En declaraciones a este periódico, Acciona avisa que si la planta no se pone en marcha en breve, el desuso puede convertirse en un inconveniente a tener en cuenta. "Las instalaciones pueden verse perjudicadas si no se usan", aseguran fuentes de la empresa. A la pregunta de porqué la planta no está en marcha, y qué impide que se ponga en funcionamiento, la empresa concesionaria contesta remitiendo al Govern balear o al Ayuntamiento de Ciutadella.
Cabe recordar que desde el mismo momento en que la planta empiece a producir la primera gota de agua, el Govern balear estará obligado a ir pagando a la empresa el coste de construcción de la planta, y deberá hacerlo durante los próximos quince años. En principio, el Govern deberá abonar a la empresa unos tres millones de euros cada año, para compensar que haya sido ésta quien haya avanzado el coste de la inversión y que también será Acciona quien explote la planta durante este tiempo.
Al Govern balear, este aviso de Acciona parece no inquietarle. Desde la Conselleria de Medio Ambiente, máximo responsable político de la planta, consideran que "no supone ningún problema tener las máquinas paradas", desmintiendo así a la empresa. El Ejecutivo autonómico, oficialmente, parece no tener excesiva prisa por poner la desaladora en marcha, y la imagen que proyecta es la de no tener en cuenta posibles presiones de la empresa concesionaria en este sentido.
No obstante, cabe recordar que diferentes responsables de Recursos Hídricos del Ejecutivo autonómico han apremiado, en diferentes ocasiones, al Ayuntamiento de Ciutadella para que se comprometiera a comprar agua desalada. En este sentido, el escollo es el precio al que se va a tener que pagar este agua.
Mientras el Consistorio habla de entre 1,20 y 1,40 euros la tonelada, desde el Govern insisten en que "aún no se ha hablado el tema del precio". Desde el Ayuntamiento han asegurado en diferentes ocasiones que es cierto que aún no hay ningún documento oficial en el que se marque un precio, pero también han explicado en varias ocasiones que en algunas conversaciones mantenidas con responsables del Ejecutivo autonómico sí se ha apuntado el precio antes citado.
Más allá del precio, desde el Govern balear aseguran que ahora mismo el tema de la desaladora está en una situación de transición, a la espera de conocer los nombramientos en el Ministerio de Medio Ambiente. De todos modos, desde el Govern balear tienen claro que actualmente, la prioridad es construir la canalización para transportar el agua tratada desde la planta desaladora hasta los depósitos municipales de Es Caragolí.
Esta actuación conllevará entre cuatro y cinco meses de trabajo, con lo que desde el Ejecutivo autonómico admiten que será complicado que el próximo verano el dispositivo técnico y logístico esté a punto para servir agua desalada a Ciutadella. Esto, suponiendo que finalmente Ciutadella quisiera comprar este agua, porque en el último pleno el equipo de gobierno dejó claro que no podía oponerse a esta obra (puesto que el Govern podría declararla de interés general), pero que eso no significaba que fuera a comprar el agua que llegase a Es Caragolí.
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