Al igual que ha anunciado el Ayuntamiento de Maó, en Ciutadella el equipo de gobierno está negociando con los representantes de los trabajadores públicos un recorte en las ayudas sociales que perciben del Consistorio. La concejala de Personal, Inmaculada González, entiende que a día de hoy, las prestaciones que reciben los empleados más allá de su nómina están mal planteadas. Así, explica que ayudas como dinero para comprar gafas, para higiene dental o para la formación de los hijos no deben ser universales ni iguales para todos los funcionarios, sino que deben adjudicarse según la renta del beneficiario.
González considera que "ahora mismo, estas ayudas se conceden a todos los trabajadores por igual, independientemente de si tienen un contrato fijo o no, y también sin tener en cuenta su nómina. Yo entiendo que si se trata de una ayuda, ésta debe destinarse a quien cobra menos y por tanto más la necesita. Es injusto que según qué trabajadores, con una nómina elevada, perciban estas prestaciones". Por esto, González quiere negociar con los sindicatos una reorientación de estas ayudas con dos objetivos: reducir el importe de las mismas y establecer un nivel de renta a partir del cual se puedan recibir las ayudas sociales.
La concejala de Personal aclara que todas estas medidas quieren adoptarse mediante el acuerdo con los trabajadores. "No adoptaremos ninguna decisión de manera unilateral. Buscamos el consenso, y además, emprendemos esta negociación porque las circunstancias económicas nos empujan a hacerlo". Como muestra de esta voluntad negociadora, González explica que ya se ha alcanzado un primer acuerdo con los trabajadores. Cada año, las ayudas para la formación de los hijos menores de 18 años de los trabajadores, y también para los estudios de los propios empleados se cobran el mes de noviembre. Este año, y tras varias reuniones con los sindicatos, se ha decidido que por ahora se pague la mitad de estas prestaciones, y en el primer trimestre del año que viene se abone la parte restante. Eso, con el compromiso de seguir negociando con los sindicatos para redefinir las ayudas sociales.
González es consciente que esta voluntad negociadora impedirá que los recortes tengan efecto en los presupuestos municipales para el próximo año, que se aprobarán en apenas dos semanas. "El ahorro se verá en el 2013", admite, si bien el próximo año se notará una pequeña reducción por la eliminación de algunos pluses de productividad y por la eliminación de dos cargos de confianza cuyos puestos estaban presupuestados pero vacantes.
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