El pulso iniciado entre el Govern balear y el alcalde de Ciutadella por la planta desaladora sigue en todo lo alto. Después de que el lunes José María de Sintas asegurara a este periódico que paralizaría las obras de conexión de la planta con los depósitos municipales ante la actitud unilateral del Ejecutivo autonómico, ayer el director general de Recursos Hídricos del Govern, Salvador Padrosa, no variaba ni un ápice las intenciones de su departamento, y ratificaba que la canalización se construirá.
Padrosa asegura que "tenemos la obligación de suministrar agua de la mejor calidad al mayor número posible de ciudadanos, y esta obra, que depende del Ministerio, se tiene que realizar porque va en esta línea. Es una actuación importante y necesaria".
Sobre las posibilidades que tiene el Ayuntamiento de Ciutadella de paralizar la construcción de la conexión entre la planta desaladora y los depósitos municipales de Es Caragolí, Padrosa afirma que "no sé hasta qué punto es necesario el permiso de Ciutadella, pero nuestra intención es trabajar con la colaboración de todos. Por eso, quiero aclarar que no tenemos ningún problema en sentarnos con el alcalde De Sintas las veces que sean necesarias para tratar este tema. Sería muy triste que Ciutadella tuviera la planta desaladora tan cerca y la no estuviera conectada a la planta".
El director general de Recursos Hídricos desvincula esta obra del precio final que tendrían que pagar los habitantes de Ciutadella si finalmente consumen agua de la desaladora. Éste, precisamente, es uno de los motivos de la oposición frontal de De Sintas a la llegada del agua desalada hasta los depósitos municipales, puesto que el alcalde asegura que el Govern maneja un precio que oscila entre los 1,20 y los 1,30 euros por tonelada, un coste que cuatriplicaría la factura actual de muchos ciudadanos.
En relación al precio, Padrosa niega que exista una cifra cerrada. "No se ha cerrado este tema porque esta obra de canalización no está realizada, pero también porque en el último encuentro con De Sintas, que tuvo lugar en agosto, el alcalde nos expresó su preocupación por este tema. Aún es pronto para pensar en fijar un precio". Interpelado por el más que previsible aumento de la factura final para los ciutadellencs si deben consumir agua desalada, Padrosa defiende que "seguro que los habitantes de Ciutadella querrán un agua de mayor calidad que la actual".
El alcalde de Ciutadella ponía sobre la mesa una posible fórmula para abaratar el precio del agua desalada, que pasaría por una subvención del Govern balear. En este sentido, Salvador Padrosa recurre a la respuesta protocolaria de "hay que estudiarlo", pero acto seguido añade que "Eivissa también tiene una planta desaladora y sus ciudadanos no reciben ninguna subvención por el hecho de consumir el agua procedente de esa planta".
La oposición de Ciutadella preocupa en Es Castell
El municipio de Menorca con mayores problemas en su agua potable es el que se encuentra más alejado de la planta desaladora. Es Castell lleva años dando vueltas a los nitratos de su agua, y descartando medidas como la construcción de una planta de osmosis inversa u otra instalación desnitrificadora.
Ahora, la esperanza en el municipio de Levante está puesta en la desaladora, y en la posibilidad de que el agua desalada en Ciutadella llegue hasta Es Castell. Así lo asegura el alcalde del municipio, Lluís Camps, quien entiende que "podría ser una solución definitiva para la zona de Levante, que nos permitiría disponer de agua de buena calidad a la vez que nuestros acuíferos podrían descansar un tiempo suficiente, entre ocho y diez años, para recuperar unos parámetros de calidad".
Debido a esta esperanza, en Es Castell inquieta la actitud del alcalde de Ciutadella, José María de Sintas, de enfrentamiento con el Govern balear precisamente por el tema de la desaladora. Lluís Camps admite que "puedo entender a mi compañero de Ciutadella, que no quiere que los ciudadanos de su municipio asuman todo el coste de la desaladora, pero a mí me preocupa que si no avanza la conexión con Ciutadella, tampoco lo hará una posible conexión con el resto de la Isla".
El alcalde defiende a capa y espada las ventajas de insularizar la desaladora. "Ayudaría a los municipios con mayores problemas, que estamos ubicados en la zona de Levante, y permitiría obtener el máximo rendimiento de una explotación que ahora mismo está parada", asegura. Sobre el coste de la obra de canalización, superior a los 20 millones de euros, Camps entiende que "si implicamos a todos los municipios, al Consell, al Govern balear, a Madrid y si hace falta a Europa, el coste será más asumible".
Lluís Camps asegura que, ahora mismo, la canalización del agua desalada es la única opción que está en su agenda para solucionar el problema de los nitratos. El mandatario popular aseguró que el proyecto de la desnitrificadora, con un coste de 4,5 millones de euros, quedó aparcado al ponerse sobre la mesa la posibilidad de canalizar el agua desalada desde Ciutadella.
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