El PP ensaya la fiesta del 20-N que pronostican las encuestas

Con las encuestas a favor, no es extraño que a la candidata al Senado, Juana Pons Vila, la campaña se le haya hecho "entretenida y agradable", como manifestó al dirigirse al numeroso público que se congregó para apoyar a los candidatos del PP. Agradable para los 'populares', que saborean las promesas de victoria que lanzan los sondeos, y mucho más dura para los socialistas, que anoche eligieron el bar Nou de Maó para despedir las dos semanas de la carrera electoral ante los afiliados y simpatizantes de este municipio.

"El socialismo ayuda a la gente", afirmó la candidata a senadora, Elena Baquero, al dirigirse a sus compañeros, "y es injusta la factura que nos pasa esta crisis". Precisamente la situación económica ha acaparado los debates y ha sido el caballo de batalla de los candidatos. Paro, sanidad, educación, transporte, vivienda, servicios sociales. Todo ha girado en torno a las noticias económicas, las denominadas macro, como los problemas de la moneda única y los rescates de la Unión Europea, y las domésticas, con cerca de 7.000 parados en Menorca.

El PP ha intentado erigirse en la opción de la confianza y el optimismo tras tres años de crisis, y el PSOE, sabedor de que el electorado castigará las malas cifras económicas, ha hecho lo propio con los logros sociales y la defensa de los servicios públicos.

"¿Qué fiesta puede celebrar el PSOE con 5 millones de parados?, se preguntaba en voz alta el candidato del PP al Congreso, Juan Carlos Grau, mientras su adversario socialista, Guillem García Gasulla acusaba a los 'populares' de haber manejado un lenguaje ambiguo durante la campaña "hasta que Rajoy se destapó en la entrevista de "El País" y dijo que no habrá dinero para todos los subsidios o para los discapacitados".