Con el tiempo de nuevo en plan generoso, la segunda etapa de la Volta a Menorca en BTT discurrió ayer por el centro de la Isla. Si los "bikers" habían descubierto el sábado la costa norte de Ferreries y Ciutadella, ayer la ruta les llevó por los caminos rurales de Alaior, Es Mercadal y Ferreries.
Con los ciclistas más cansados que en el día anterior, y sin la euforia de la jornada inaugural, el ritmo marcado fue algo más lento que el sábado. El terreno estaba mojado por la lluvia de la noche, y en algunos puntos el terreno se presentaba muy enfangado. Pero hasta aquí las incidencias de la meteorología. De nuevo una etapa plácida en este sentido.
La etapa se inició con un considerable reto: afrontar una ascensión de unos dos kilómetros hasta la montaña del Toro. Algunos quedaron sorprendidos de este inicio tan fuerte, pero superado este primer obstáculo, prosiguieron la etapa hacia Alaior, desde donde enfilaron hacia la costa, que recorrieron desde Son Bou hasta Cala Mitjana. En la primera de estas playas, un guía se fracturó la clavícula, y tuvo que ser trasladado hasta el Hospital Mateu Orfila. Fue el mayor susto del día. El resto fueron pequeños incidentes, con muchas menos caídas que en la jornada inaugural.
Si el inicio de la etapa suponía un reto para los participantes, mayor fue aún el obstáculo en el término municipal de Ferreries, cuando los ciclistas descubrieron la Costa de Sant Pere. Una pendiente muy pronunciada que llegaba cuando las piernas de los ciclistas ya acumulaban 50 kilómetros, y se mostraban menos predispuestas a afrontar un 19 por ciento de inclinación. Fueron bastantes los que sucumbieron a la dureza de la rampa y optaron por subirla a pie. Los que se atrevieron a ascenderla a pedales sudaron considerablemente.
El esfuerzo, de todos modos, se compensaba. Antes habían pasado por el S'Heretat des Duc, uno de los tramos más bellos de la Volta, según algunos participantes, en el que la humedad de las rocas ha elevado la dificultad técnica.
La llegada de los primeros participantes se retrasó unos diez minutos sobre el horario previsto, cerca de la una y media del mediodía. Los que iban más rezagados tuvieron que acortar el recorrido de la etapa, y terminarla conectando Ferreries con Es Mercadal a través de la carretera general. Estos participantes habían superado en más de media hora el horario previsto para los que llegaran más tarde.
Tras esta segunda etapa, una opinión se extendía entre los participantes: la excelencia de la organización de este evento. Loaban tanto el trato de los organizadores como también los avituallamientos y también la calidad y belleza de las rutas, algunas de las cuales requerían una gran técnica.
Hoy se disputa la tercera etapa de la Volta, la más larga y también la que se considera más dura. Los ciclistas saldrán de Es Castell, y recorrerán la costa norte hasta llegar al Port d'Addaia. En total son más de 70 kilómetros, con una pendiente máxima del 17 por ciento.
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