La reforma del Teatre des Born ya tiene fecha de inicio: el próximo 10 de noviembre. Es el día señalado para la firma del acta de replanteo que dará luz verde a la obra pública más importante en Ciutadella en perspectiva. La empresa Constructora San José SA iniciará los trabajos que se prolongarán por un periodo de 20 meses, por lo que las obras estarán terminadas en julio de 2013. No obstante, en esta fecha, el teatro aún no podrá abrir al público porque faltará la instalación del equipamiento escénico, una obra que costará otros 800.000 euros y cuya financiación no está garantizada. Existe una línea de subvención del Ministerio de Cultura a la que podrá acogerse el Ayuntamiento para completar la reforma en lo que respecta al escenario y que se solicitará dentro del año que viene.
De momento, el Ministerio de Fomento tiene garantizados los 3,3 millones de euros por los que ha sido adjudicada la reforma del Teatre des Born, un millón menos sobre el precio de licitación. Esta cantidad está comprometida por el Gobierno central y garantizada por anualidades en los Presupuestos del Estado. El arquitecto valenciano Josep Maria Forteza Oliver será el responsable de la dirección de las obras. Informa que cuando entren los albañiles en el Teatre des Born, lo primero que se hará será la retirada de los elementos históricos, para protegerlos durante el desarrollo de los trabajos. Una vez conseguido este objetivo, empezará el desmantelamiento del teatro para abordar la rehabilitación.
La adjudicataria ejecutará el proyecto redactado por José María Forteza, arquitecto de Arquison, coordinador del proyecto ejecutivo e ingeniero acústico, y Javier Abad, de Grupotec, que integran el equipo multidisciplinar al que el Ayuntamiento adjudicó, ahora hace dos años, la redacción del proyecto de obras. El Teatre des Born recuperará con las obras de reforma la esencia original de cuando fue construido en 1875. Este es el objetivo que se marcaron los diseñadores de la reforma. La propuesta de los técnicos es recuperar la fachada inicial. A la vez, pretenden eliminar las persianas y restituir el sistema de vidrieras, como también el reloj central y las letras con el nombre del teatro. Para ganar espacio de platea, el aforo pasará de la capacidad actual para unas 500 personas a unas 465.
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