El Ayuntamiento de Maó bajará el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) con la reducción del tipo general que se aplica sobre el valor catastral del 0,73 al 0,68 y sin repercutir la subida del IPC de agosto, cifrada en un 3 por ciento.
La alcaldesa, Àgueda Reynés, y el teniente de alcaldía de Servicios Generales, Salvador Botella, anunciaron ayer la medida, que será aprobada en el pleno de este mes y que supondrá, con el actual padrón del impuesto, un descenso de ingresos de 15.000 euros.
Sin embargo, tal y como especificó el director del área económica, Manuel Yebra, las arcas municipales dejarán de cobrar en realidad 750.000 euros en relación a 2010, cantidad que se hubiera obtenido, a cargo de los contribuyentes, de continuar con la política fiscal del anterior mandato.
El equipo de gobierno del PP se propone sanear las cuentas municipales sin aumentar la presión impositiva y "con más eficacia en la gestión y el control de costes", afirmó Salvador Botella, quien avanzó que el Consistorio ha conseguido ahorrar ya 400.000 euros con la renegociación de convenios y contratos firmados por la Administración local. "Seguiremos con esta tarea", declaró, "sin dejar de dar servicios" y con especial atención al área social, recalcó.
La rebaja del IBI no llegará sin embargo a todos los ciudadanos de Maó porque, según explicó el responsable de Servicios Generales, la revisión catastral -la última se realizó en 2004-, "afecta negativamente a las casas más nuevas". De este modo, de las 19 zonas urbanas en las que se ha dividido el municipio de Maó, once se verán favorecidas por el descenso del recibo del IBI y ocho experimentarán un aumento. Éstas últimas corresponden a núcleos y urbanizaciones residenciales, como Binidalí, Sant Climent o Cala Llonga.
Botella consideró no obstante que el compromiso electoral del PP de bajar el IBI "está cumplido" porque el valor catastral "no es una variable municipal". El Ayuntamiento, subrayó, ha realizado "un esfuerzo importante" para "ajustar al máximo" el impuesto y reducir su presión sobre los ciudadanos.
Además, la alcaldesa presentó otra novedad, y es la distribución del pago de todos los recibos municipales en diez meses, para que los vecinos puedan abonarlos de manera escalonada, incluidos aquellos que los tienen domiciliados, y evitar "la carga" que suponen para las familias "en septiembre, un mes en el que comienza el curso escolar y hay gastos importantes".
Compromiso electoral
Junto con la rebaja del IBI general, el equipo de gobierno modificará el tipo impositivo especial, según los diferentes usos de los inmuebles. Así, Botella anunció que el tipo bajará del 12,26 por ciento actual, "por encima de lo legal", al 7,05 en el caso del uso industrial y se rebajará del 10,47 al 6,98 para el uso turístico. Por contra, el tipo impositivo subirá del 3,91 al 7,02 en el uso comercial y del 6,30 al 7,04 en el de oficinas.
El aumento será más fuerte en el caso de los solares vacíos (del 3,69 al 7,06) para evitar la especulación con el suelo, argumentó el concejal de Servicios Generales.
La bajada del impuesto será, resaltó, "de un 1 por ciento en términos generales y sin aplicar la subida del 3 por ciento del IPC, por lo que el IBI se reduce un 4 por ciento que era el compromiso electoral del PP", recalcó.
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