Afortunadamente, el suceso se produjo durante la noche. Entre el lunes y el martes, en una hora que se desconoce, el falso techo del edificio del Cercle Artístic se desprendió y se precipitó sobre mesas y sillas del bar de la planta baja. Las primeras conclusiones de albañiles y peritos apuntan a que la humedad puede ser la causa de la caída de las placas de yeso. La última reforma en el edificio se realizó veinte años atrás, y además, está pegada al Teatre des Born, cerrado desde hace más de cinco años, y que puede ser un foco de generación de humedades.
El gerente del bar cerró el local a las diez y media de la noche del lunes. El martes, estaba puntual a las 6.45 horas para abrir de nuevo el bar y recibir a los primeros clientes del día, cuando detectó lo sucedido. Inmediatamente se puso en contacto con los responsables del Cercle Artístic, y avisaron a los técnicos. El cierre del local despertó la curiosidad de muchos ciutadellencs, que tenían la costumbre de tomar el primer café de la mañana en este céntrico local. Tras las primeras visitas de los expertos, una cosa quedó clara: la estructura del edificio no estaba afectada, ni tampoco el tejado. El Cercle no se caía, como circulaba a media mañana en algunos puntos de Ciutadella. "Visualmente, el incidente parece más aparatoso de lo que realmente es", explicaba la presidenta del Cercle Artístic, Maria Josep Rebassa.
La entidad cultural ya se ha puesto en marcha para solucionar cuanto antes la situación. Así, ayer ya contactó con una empresa de albañilería para, según sus recomendaciones, acabar de desprender todo el yeso del falso techo. En cuanto esta operación haya culminado, el Cercle podrá reabrir sus puertas. "Cuando tomemos esta decisión, será porque tenemos las máximas garantías de que el edificio es seguro. Cuando el Cercle vuelva a abrir, la gente podrá estar tranquila, que tendremos un edificio seguro", explica Rebassa.
La reapertura, apunta la presidenta del Cercle, podría producirse la próxima semana. De todos modos, la entidad tiene tiempo suficiente para que el edificio esté a punto para la inauguración de su curso académico, previsto para finales de este mes. Lo que no puede esperar tanto es la reapertura del bar, puesto que su gerente paga igualmente el alquiler, y no quiere que sus clientes habituales tengan que tomarse su café matinal en otro sitio.
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