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Bajo el título "Urbanismo y Salud Pública: movilidad sostenible y espacios urbanos", los arquitectos Joan Enric Vilardell y Enric Taltavull; el matemático, urbanista y experto en tráfico Alfonso Sanz, y la jefa del Área de Promoción de la Salud del Ministerio de Sanidad, Begoña Merino, analizaron ayer en el Ayuntamiento de Maó el proceso por el que la planificación de las ciudades ha dejado de tener en cuenta las necesidades básicas relativas a la salud de los ciudadanos.

Los expertos, que centraron sus observaciones en Maó, coincidieron en señalar la distribución demográfica en pequeños núcleos urbanos como una de las causas del alejamiento de los servicios públicos respecto a las personas. Maó, en su origen una ciudad típica del Mediterráneo en que convivieron civilizaciones, se convirtió con el paso de los años en una urbe apagada en el centro y viva en la periferia. "Los comercios siguen a la gente hasta la periferia. Y además, las zonas escolares, los juzgados, las administraciones y los equipamientos sanitarios también se trasladan a las afueras", pero la distancia con los ciudadanos se agranda.

Las conexiones deficientes entre los diferentes núcleos urbanos y un espacio público subordinado a los automóviles completan el diagnóstico de Maó y de casi cualquier ciudad actual. Los expertos, sin embargo, auguraron un cambio de modelo que ya se está implantando. "Ya se está dando una cierta recuperación de espacios públicos" apuntó Alfonso Sanz.

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Configurar una ciudad acorde con una movilidad sostenible, que favorezca una sociedad relacional y fomente la vida activa, va ligado, según los expertos, a una planificación urbana elaborada que tenga en cuenta "¿para qué?, ¿para quién?, ¿cómo?" se llevan a cabo las actuaciones y a un cambio de mentalidad de la sociedad. Crear itinerarios peatonales, impulsar una nueva modulación de velocidad en las zonas urbanas y llevar a cabo políticas de aparcamiento y circulación coherentes con los criterios de Salud Pública conforman parte de la receta esgrimida por los profesionales en la conferencia celebrada ayer en la sala de plenos del Ayuntamiento de Maó a la que asistieron alrededor de 60 personas. El acto se enmarca en la XXII edición de la Escuela de Salud Pública de Menorca