El Ayuntamiento de Maó acogió ayer por la tarde el acto académico del centenario del nacimiento de la investigadora mahonesa Maria Lluïsa Serra, un evento que fue a cargo de la catedrática de Arqueología Margarita Orfila.
Orfila quiso, ante todo, comentar el honor que ha supuesto para ella poder participar en un acto de tales características y quiso recorrer la vida laboral de Serra, o "na Maria", como la conocían en Maó.Tal como explicó Orfila, la labor de la investigadora fue muy reconocida tanto aquí como fuera de la Isla, sobre todo por sus estudios de la Edad Media o el siglo XVIII en Menorca.
La que fuera nombrada Hija Ilustre de la ciudad en 1971 cumpliría en 2011 cien años, motivo por el que el Consell decidió denominar este año como 'Año de Maria Lluïsa Serra', realizando actos que conmemoren el amplio trabajo desarrollado por ella y eso, según explicó Orfila, que Serra murió a los 56 años, por lo que se han contabilizado unos 16 años de trabajo debido a su tardía licenciatura.
Fue a partir de 1951 cuando a Serra comienzan a llegarle los nombramientos como directora de diferentes entidades, uno de los más reconocidos, el de la Casa de la Cultura. Fue allí donde se realizaron un asombroso número de actividades, desde exposiciones a conferencias, pasando por espectáculos teatrales o música en directo, entre otros.
Orfila quiso también recalcar el importante papel que desempeñaron la familia y los compañeros de la investigadora, sobre todo, su hermana Carmen. Fueron ellas dos quienes compraron el Puente de San Roque con el fin de donarlo a la ciudad.
Maria Lluïsa Serra se ocupó de poner en orden los documentos de Maó creando archivos, dio inmensa vida a la Biblioteca, estudió profundamente los yacimientos arqueológicos menorquines y organizó congresos. Éstas son solo algunas de las iniciativas que Serra llevó a cabo hasta que murió en 1967. "No le dio tiempo a mostrar todo en lo que había trabajado pero, gracias a su esfuerzo, los monumentos gozan hoy de un estado de conservación excepcional", dijo Orfila.
El busto de la arqueóloga ya vigila la basílica de la Illa del Rei
Maria Lluïsa Serra Belabre también fue protagonista ayer en la Illa del Rei. Tal como estaba estipulado en el programa de eventos a desarrollar en honor de esta ilustre mahonesa en el año en que hubiese cumplido 100 años, se colocó un busto en bronce con su imagen en este histórico enclave portuario.
La escultura realizada por el escultor Ramón Cuello se sitúa junto a la basílica paleocristiana del islote, yacimiento arqueológico en el que esta insigne mahonesa trabajó intensamente en la década de los años 60.
El acto de culminó el compromiso que desde la Fundación Hospital de la Illa del Rei, se había marcado en las reuniones mantenidas con las instituciones de la Isla que han querido participar en esta celebración del centenario de este año, declarado, por parte del Consell, como "Any Serra Belabre".
La alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, fue la encargada de descubrir el busto junto a un familiar de la homenajeada y posteriormente depositó un ramo de flores en nombre del Ayuntamiento de Maó. El ex presidente de la Fundación y conseller insular, Luis Alejandre, fue el encargado de introducir el acto, si bien fue la arqueóloga, Margarita Orfila, quien hizo una pequeña disertación sobre Serra Belabre y sobre lo que está significando este año dedicado a ella.
El escultor de la obra indicó que trabajó con fotografías, y que no siempre es fácil captar los rasgos característicos de una persona sin haberla visto en vida.
Por último, Pedro Engel, miembro de la Fundación Hospital de la Illa del Rei, explicó el proyecto diseñado desde esta institución en relación a la futura instalación de una pasarela en el exterior de la basílica para poder visualizarla sin necesidad de acceder a su interior.
La nueva pasarela permitiría además al público en general disfrutar de una vista excepcional de la entrada del puerto de Maó.
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