Encuentro. El Santo Padre estuvo con las Monjas en el Patio de los Reyes y con los maestros en la Basílica del monasterio - Reuters

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El Papa vivió ayer una intensa mañana en el Monasterio del Escorial, donde mantuvo sendos encuentros con religiosas y profesores universitarios jóvenes. Benedicto XVI defendió la "radicalidad evangélica" de la vida consagrada frente al "relativismo y la mediocridad", durante su encuentro en el Patio de los Reyes con 1.664 religiosas jóvenes, de las que 30 son extranjeras y 400 son monjas de clausura.

"Frente al relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad que testimonia la consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado", dijo.

En este sentido, recordando uno de los mensajes de la JMJ, pidió a las religiosas que el encuentro personal con Cristo que nutre su consagración se testimonie con toda su fuerza transformadora en sus vidas. "Cobra una especial relevancia hoy, cuando se constata una especie de eclipse de Dios, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza", señaló.

Durante el acto, Belén González Herrera, una joven religiosa de las Siervas de María, se dirigió al Papa y le dio las "gracias", al tiempo que le avisaba de que las que están allí reunidas querían ser "santas", aunque saben que "el camino no es fácil", a la vez de asegurarle que puede contar con todas ellas para soportar la "pesada cruz que Cristo ha puesto sobre sus hombros". "No la lleva solo, cuente con nosotras", subrayó.

Profesores

Posteriormente, Benedicto XVI criticó ante más de un millar de profesores universitarios jóvenes, reunidos en la Basílica, la visión "utilitarista" de la educación que cunde en la actualidad. "Sabemos que cuando la sola utilidad y el pragmatismo inmediatos se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de la ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo del poder", dijo.

Por eso, mientras rememoraba sus primeros pasos como profesor en Bonn, se preguntó dónde encontrarán los jóvenes esos puntos de referencia "en una sociedad quebradiza e inestable". A estos profesores -la mayoría vestidos con las togas y birretes, como es habitual en los actos académicos- les dijo que sientan un "anhelo de algo más elevado" y les explicó que la Universidad, encarna "un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, ni por servilismos de una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor. He aquí vuestra importante y vital misión", dijo a los asistentes.

Benedicto XVI preside el Vía Crucis

Tras una intensa jornada de encuentros institucionales y pastorales, Benedicto XVI participó por la tarde en el Vía Crucis, en el que pidió a los jóvenes que no pasen de largo ante el sufrimiento humano. Este acto religioso se celebró en la plaza de la Cibeles donde un total de 15 hermandades y cofradías de Semana Santa venidas de toda España presentaron ante el Papa Benedicto XVI y ante jóvenes de todo el mundo la tradición de la imaginería española.

Benedicto XVI llegó al altar situado en Cibeles entre una gran ovación para celebrar el Vía Crucis, que comenzó en torno a las 19, 30 horas con una oración del Santo Padre en el que destacó que, al mismo tiempo que se contempla la Pasión de Cristo, se presenta el sufrimiento de "tantos hermanos que, como consecuencia del pecado propio y ajeno, transitan por enormes vía crucis con el peligro de perder la fe y la esperanza".

A continuación, jóvenes de los cinco continentes que sufren por alguna causa, entre ellos algunos provenientes de Lorca, portaron a hombros la cruz de la JMJ desde Colón hasta Cibeles, deteniéndose en cada estación del Vía Crucis para levantar la cruz frente al paso o trono y leer el texto del Evangelio correspondiente a cada escena, seguido de una meditación realizada por las Hermanas de la Cruz de Sevilla.

Mientras, los jóvenes congregados en Cibeles y en las calles aledañas permanecieron en un respetuoso silencio, excepto en el momento en el que un joven cofrade ha cantado una saeta desde la estación de la Verónica hasta la que representa a Jesús despojado de sus vestiduras, cuando los peregrinos han aplaudido efusivamente.

Ha sido al finalizar el rezo del Vía Crucis, cuando el Papa ha pedido en su discurso a los jóvenes que no pasen de largo ante el sufrimiento humano.