Cientos de autobuses cargados de peregrinos pusieron ayer rumbo a Madrid para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que reunirá a un millón y medio de jóvenes del mundo para vivir un encuentro con el papa Benedicto XVI. Los peregrinos, en su mayoría extranjeros, salieron ayer de las principales capitales de provincia tras pasar unos días de preparación albergados en las diócesis españolas.
El programa Días en las Diócesis concluyó así con misas de envío que no sólo estuvieron presididas por los respectivos obispos, sino que en su mayoría fueron concelebradas por sacerdotes de todo el mundo y se llevaron a cabo en más de un idioma.
Así, la misa celebrada en Zaragoza, frente a la basílica de El Pilar se celebró en seis lenguas: español, inglés, francés, alemán, polaco, ruso e italiano, y contó con la participación del arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña y del cardenal arzobispo de Burdeos, Jean-Pierre Ricard, quien viajaba al frente de un grupo de peregrinos franceses. En total fueron casi 4.000 jóvenes de 35 nacionalidades los que comenzaron la JMJ participando en el programa de Días en las Diócesis de la capital aragonesa.
En León, el obispo Julián López y varios obispos colombianos, alemanes y franceses oficiaron una misa en la explanada de la Basílica de La Virgen del Camino para los más de 1.300 jóvenes de 29 países que ya viajan rumbo a Madrid. Por su parte, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, celebró una multitudinaria misa de envío en la plaza de la Catedral y en presencia de la Virgen de Covadonga en la que animó a los jóvenes a que "se fíen de la única revolución que no destruye, la única que transforma el mundo y cambia a las personas por dentro": la propuesta de los Evangelios.
Así lo afirmó Sanz Montes durante la misa oficiada para los peregrinos, en la plaza de la Catedral de Oviedo, que acogió el acto central de las celebraciones en el Principado de la Jornada, que congregó a unas 5.000 personas, según datos de la organización.
También en Pamplona se celebró una multitudinaria misa de envío para los 3.500 jóvenes de todo el mundo que recalaron en la Comunidad foral en su viaje hacia Madrid, pero sin duda el protagonismo se lo llevó un joven francés herido por el Monumento al Encierro. El joven "se emocionó tanto haciéndose fotos que se resbaló y se clavó un cuerno" de uno de los toros de bronce que simulan el emblemático acto sanferminero, informaron fuentes sanitarias.
Al ver la sangre de su compañero, otro de los jóvenes se desmayó y ambos tuvieron que ser trasladados al Complejo Hospitalario de Navarra, donde fueron atendidos de heridas leves y recibieron el alta posteriormente. Otro incidente tuvo lugar en Granada, donde unos 150 jóvenes resultaron intoxicados por ingerir comida en mal estado en el campamento que mantienen en la localidad de Otura.
Y Madrid "está preparada para recibir y dar servicio" al más de un millón de jóvenes atraídos por la JMJ, aseguró ayer el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, antes de asistir a la misa por la festividad de la Virgen de la Paloma oficiada por el cardenal y arzobispo Antonio María Rouco. "Es una auténtica alegría recorrer las calles y ver la cantidad de gente que ha venido de fuera, jóvenes y peregrinos, que nos están regalando su presencia", afirmó Ruiz-Gallardón.
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