La inauguración del Centro Penitenciario Menorca prevista para mañana a las 12 horas con la asistencia -aún por confirmar- de la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, y, por tanto, la puesta en funcionamiento inmediata del centro, no supondrá en ninguna medida la desaparición de la unidad dependiente que existe en Maó.
Los reclusos menorquines podrán seguir cumpliendo el tercer grado en el piso que Instituciones Penitenciarias puso en marcha gracias a la insistencia de la Diócesis menorquina que reclamaba una iniciativa de estas características. Esta unidad dependiente que cobija por las noches a personas en tercer grado que durante el día pueden trabajar y quienes, además, pasan los fines de semana y festivos con su familia, "está funcionando muy positivamente por lo que, gracias al convenio rubricado con Instituciones Penitenciarias va a mantenerse para continuar con el servicio", asegura el sacerdote de la prisión y director del Secretariado de la Pastoral Penitenciaria, Alberto Vidal, quien añade que "vamos a procurar potenciar más este servicio". La unidad dependiente, que hasta el momento iba coordinada y ligada al centro mallorquín, dependerá, a partir de la entrada en funcionamiento de la prisión, de Maó. Para el párroco, la unidad dependiente "es un medio válido para la reinserción y la integración mientras finalizan las penas de privación de libertad total".
Con la puesta en marcha de la cárcel, edificada en la carretera de Maó a Sant Lluís, la Diócesis verá cumplir una de sus grandes demandas. Hay que recordar que la Iglesia promovió este proyecto para poder paliar el doble castigo a los que se ven abocados los presos menorquines, por un lado estar privados de libertad y, por otro, estarlo lejos de los suyos. Vidal argumenta que "los desplazamientos hasta Mallorca suponen una carga económica importante para los familiares de los reclusos que, con este Centro Penitenciario disminuirá permitiendo, por otra parte, incrementar la vertiente afectiva de los presos.
Para Vidal, "la cárcel es un servicio imprescindible y necesario para la sociedad dadas las circunstancias actuales, como correctivo para favorecer la convivencia social". Añade que "al igual que un hospital, preferiríamos que no existiese puesto que indicaría que no hay enfermos, pero, desgraciadamente, debe existir como herramienta para dar salida a las necesidades de la comunidad".
Respecto a los proyectos que va a desarrollar la Pastoral Penitenciaria en la cárcel, Vidal informa que las autoridades deberán elegir un consejo directivo en materia de asistencia social que será el encargado de coordinar estos proyectos. "En estos momentos estamos a la escucha de este consejo", indica. Aún así, el sacerdote de la prisión asevera que además de la asistencia religiosa de los presos, la Pastoral ofrecerá un acompañamiento humano integral de los reclusos para que tengan más posibilidades de ser tratados como personas y evitar a su vez que se vengan abajo.
Alberto Vidal señala que en septiembre las parroquias comenzaran la llamada del voluntariado para iniciar su formación a final de año.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.