TW
0

Su conocimiento sobre el séptimo arte es envidiable. La trayectoria profesional del catedrático en Comunicación Audiovisual de la Universidad Complutense, Eduardo Rodríguez Merchán (Madrid, 1953), le hace merecedor de ser uno de los especialistas en cine más valorados de este país. Contrario al "todo gratis" que, dice, "acabaría por hundir la cultura", Rodríguez Merchán introducirá el cine negro americano mañana en el Ateneu de Maó, a las 20 horas. La charla coincide con la proyección esta semana de un buen documento del género, el film "El demonio bajo la piel", de Michael Winterbottom.

¿Qué significó el cine negro para el séptimo arte?
El cine negro clásico se refiere a los años 40 y 50, pero sus antecedentes surgen al final del cine mudo, a principios de los años 30, y es una época muy tremenda de la América profunda con la prohibición de la Ley Seca o el culto al gánster. El cine americano, junto a directores europeos que llegan huyendo del nazismo, plantea una serie de películas realistas pero con el trasfondo policíaco. Refleja la parte más oscura de la sociedad americana. Se hizo muy popular, pues frente a otro tipo de cine de la época, el más glamouroso, era un cine muy de la calle. Enseñaba la parte menos conocida de Estados Unidos, como la delincuencia o la prostitución.

¿Qué tipo de estética define el género?
Supuso un tipo de rupturas estéticas muy interesantes porque llegaron modos de hacer europeos como el expresionismo, la literatura negra, la filosofía de Freud... Un cóctel muy interesante que dio lugar a lo que hoy llamamos cine negro.
¿A partir de que película o autor se puede hablar de cine negro?
Los directores Fritz Lang o Billy Wilder son quienes llevan el espíritu a Estados Unidos, pero también hay que tener muy en cuenta a John Huston o Howard Hawks. Las últimas películas del cine mudo como "La Ley del Hampa" o "Little Caesar" ya plantean una negritud en el cine.

¿Cómo lo acoge el público?
Fue un género muy popular. Al principio se admiraba mucho al gánster o la labor policial. Aunque luego se hacen otro tipo de películas donde el gánster cae y tiene su merecido, o donde se ve la parte corrupta de la policía. A partir de entonces y hasta ahora, aparecen al año dos o tres magníficos films de resurgimiento o nostalgia del género, como "El Padrino", "Fuego en el Cuerpo" o "Camino a la Perdición", entre otros.

¿Hoy se hace peor cine que antes?
Difícil respuesta. Antes había una forma de ver cine más ingenua pues existían muchas menos posibilidades. Las formas de hacer cine te atrapaban, de ahí la época de los grandes géneros. Las familias iban a ver películas tres o cuatro veces a la semana. Hoy el público es más sabio y exigente. Así que si comparamos de film a film habría que decir que hoy se siguen haciendo muy buenas películas; pero si comparamos la calidad media de toda la industria creo que se hacían mejores películas entonces.

Al respecto de festivales como el de Cannes, ¿sobra glamour y falta calidad?
Cannes siempre ha sido el puente entre la cinematografía estadounidense y Europa, es el glamour y la "vacación" de los festivales, pero hay otros en el mundo tan importantes como el de Berlín, de carácter más cinéfilo, aunque a veces se contemple como más aburrido.

¿Cómo augura el futuro del cine frente al auge de la exhibición en internet?
Profetizar es complejo, pero el cine tal y como estamos acostumbrados a verlo va a ir muriendo. Cada vez veremos más cine, pero en museos, universidades o cineclubes. Se proyectará en espacios culturales y de manera comentada. Mientras que las grandes salas en 3D tendrán cabida para grandes producciones con sonidos supersónico, olores, butacas que se mueven..., vete tú a saber lo que nos queda por ver en avances tecnológicos. Actualmente, los museos ya disponen de un ciclo cinematográfico paralelo.

¿Ve solución a la polémica de las descargas?
Al autor hay que pagarle sus derechos. El "todo gratis" no vale, hundiría la cultura y la industria. Hay que buscar soluciones, mecanismos para que las cosas sean más baratas y que permitan la supervivencia del autor. Otro tema es si la Ley Sinde es buena o mala. En eso ya no me meto.