¿Tú de qué trabajas? La pregunta la hace Paula, quien desde la tierna inocencia de sus siete años, todavía no acierta a comprender del todo la complejidad y notoriedad social que representa el oficio de su padre. La respuesta ha de ser concreta y que conecte con la visión que tienen los niños del mundo. De poco vale decir: Presidente del Consell insular de Menorca y candidato a la reelección por el PSOE. Marc busca un símil: "Soy como el encargado que se elige en tu clase y ayudo a que se hagan cosas". Como la curiosidad infantil no tiene límites, surge una nueva duda: ¿Y por qué se tarda tantos días en elegirlo? La lógica es aplastante. "Es verdad, en el colegio los turnos se establecen con mucha más rapidez", explica divertido.
Esta es la primera campaña en la que Marc Pons Pons (Es Mercadal, 1973 ) se presenta como número uno. Una experiencia nueva para él y su familia. Desde hace unos días, Paula, Víctor (de cinco años) y Maria (de tres) observan con curiosidad como la fotografía de su papá está por las calles. De hecho, una de las vallas del Partido Socialista se encuentra justo en frente de su colegio. "Intentamos llevarlo con naturalidad". En este sentido, y pesar del ajetreo que supone unas elecciones, Marc y su esposa, Mabel, ponen especial celo para que la intimidad familiar sea impermeable a la actividad pública.
Marc Pons se presenta relajado a la cita pactada para ayer en la terminal de llegadas del Aeropuerto. Tras el saludo, lo primero que me dice con satisfacción es que trae una buena noticia: Autoridad Portuaria ha ampliado la concesión de la gasolinera que tiene en explotación el Club Marítimo de Mahón. A continuación hablamos del seguimiento que le estamos haciendo desde las ocho de la mañana. "La verdad es que hoy es más oficial que electoral". A pesar de que tiene el tiempo cronometrado, el presidente y candidato habla pausado mientras apura un botellín de agua mineral. El teléfono móvil suena un par de veces. "Supongo que la tensión acumulada y el cansancio aparecerán el día 23".
La vocación política de Marc - le viene de herencia- no le impide reconocer que el sacrificio más grande al que se enfrenta a diario es la dificultad de conciliar trabajo y familia. "La política me exige muchas horas, pero intento que el tiempo que les dedico a mis hijos sea de calidad". Los fines de semana, festivos o vacaciones son, salvo excepciones, "para estar con los míos". Mientras explica cómo disfruta jugando con los niños, una amplia sonrisa se le dibuja en el rostro.
La casa familiar se encuentra en una tranquila calle del centro de Es Mercadal. Desde hace unos días, hay más alborozo y ajetreo porque los abuelos maternos se han desplazado desde Extremadura para disfrutar de unos días de vacaciones en la Isla.
La rutina diaria del líder socialista ha variado desde que empezó la campaña. "Cada día voy al Consell, pero es un trabajo más de estar pendiente del funcionamiento de la institución, resolver tareas de gestión ordinaria o firmar unos papeles. Ahora no es tiempo de tomar grandes decisiones", explica. Sin embargo, reconoce la peculiaridad de tener que compaginar su cargo de presidente con el de candidato. "Tan pronto estás en un acto oficial como en un mitin". No obstante, desde que se dio el pistoletazo de salida hacia la meta del 22-M la actividad de partido supera institucional. "Hoy ha sido la excepción".
A pesar de los numeroso compromisos a los que debe asistir, procura dar un orden a sus días. "La política es una carrera de fondo y, aunque hay jornadas que se alargan más, lo habitual es una dedicación de unas doce horas. Es un trabajo de constancia. No siempre es más eficaz o eficiente el que está, por ejemplo, catorce horas en el trabajo".
Su día empieza cuando suena el despertador a las siete de la mañana. "La verdad es que duermo muy bien. Siempre, entre siete y ocho horas. Para estar en forma hay que descansar". La casa empieza a cobrar el típico bullicio infantil media hora más tarde. Antes de las ocho, como en tantos otros hogares, los caminos se separan. El matrimonio se va a sus respectivos trabajos y los peques al Colegio de Es Mercadal. La mayoría de días les acompaña una chica contratada para ayudarles en las tareas del hogar. "Mi mujer es la que se encarga más de los niños y de que todo funcione en casa". Además, los abuelos también se implican de lleno, lo que supone "una valiosa ayuda".
Salvo que tenga que acudir a un acto oficial va con su coche particular al Consell. Está aparcado en la calle y mientras lo va a buscar se cruza con amigos y vecinos con los que siempre hay algo de que hablar, amén de escuchar e interesarse por algún que otro problema personal . "Cuando conduzco siempre escucho la radio para mantenerme informado. Suelo sintonizar la Ser o IB3, pero también hago zapping". ¿Y no pone música? Entre sus grupos favoritos están Dire Straits, Joaquín Sabina, Ja T'ho Diré, Sopa de Cabra... "pero la verdad es que ahora tengo poco tiempo, igual me pasa con otra de mis aficiones, la lectura. Todo esto queda aplazado para las vacaciones".
La hora de llegada al Consell es en torno a las ocho. A partir de ahí empieza un maratón, en el que ahora se mezclan las agendas de sus jefas de prensa (institucional y de partido). Normalmente no come en casa "salvo que haya un acto que me pille de camino. Entonces sí". Ayer era el caso. "Seguramente, cuando llegue ya habrán comido todos, pero mi mujer siempre me acompaña en la mesa".
Aunque tiene poco tiempo para sí, hay una actividad que no suele perdonar: ir a la piscina. "En cuanto puedo me escapo y nado una media hora. Me ayuda a relajarme y a olvidarme por un instante del mundo". Su otro deporte favorito, el ciclismo de montaña, "lo tengo un poco olvidado".
La campaña la está viviendo "animado y con ilusión, pero también con una gran responsabilidad. Quiero que los resultados sean buenos por todas las personas que han depositado su confianza en mí y que está trabajando mucho por el partido. Además, me quedo con el contacto directo con la gente".
Antes de despedirnos recuerda uno de los consejos que intenta seguir de Pere, su padre, que desde la veteranía política le dice que "no hay que dejar de lado nunca la proximidad y la humildad. Recuerda que somos servidores de lo público".
Marc Pons continúa su camino con el deseo de llegar no demasiado tarde a su casa, "no más allá de las once". No sabe si será posible. Está pendiente de un acto de campaña en Fornells. Si no ha cenado, comerá algo de fruta y, a lo mejor, un yogurt. Luego directo a la cama. "Tengo suerte cojo el sueño muy rápido". Mañana vuelta a empezar.
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