Las cuevas subterráneas de Cala Blanca podrían recibir 50.000 visitantes cada año. Así se desprende del estudio de viabilidad sobre las grutas encargado por el Ayuntamiento de Ciutadella y que desvela las enormes potencialidades turísticas de este espacio único en la Isla.
El informe calcula que entre 20.000 y 50.000 personas podrían pasar por las cuevas de S'Aigo y Na Megaré. Para alcanzar estas cifras, sería necesaria una intervención en la zona, tanto en el interior de las grutas como en el exterior. En el interior se habilitaría una pasarela ligera por todo el recorrido de las cuevas que, y esta es una de las principales novedades del estudio, se conectarían entre ellas mediante la construcción de una galería a poca profundidad de entre 87 y 115 metros de longitud. Con esta unión, apunta el estudio, se conseguiría hacer de las dos cuevas un único producto que aumentaría su interés. A modo de ejemplo, los autores del estudio apuntan que las dos cuevas por separado tienen un interés insular. En cambio, si se unen, su relevancia llega al ámbito nacional e incluso internacional.
En el exterior de las cuevas, el estudio propone la construcción de un pequeño centro de interpretación que actúe a la vez como centro de recepción de los visitantes y también como espacio multifuncional. Sería un edificio de algo más de cien metros cuadrados, integrado en una zona verde que ya es titularidad municipal donde se ubica el acceso a la Cova de S'Aigo. De hecho, éste sería el punto de partida del recorrido.
El atractivo de las cuevas por sí solo parece evidente, y así lo considera también el estudio, pero a la vez, propone medidas complementarias para aumentar el interés de las grutas subterráneas de Cala Blanca. Así, habla de organizar talleres complementarios, visitas en días especiales, e incluso la posibilidad de acoger bodas en las cuevas, habilitarlas como escenarios fotográficos para celebraciones o posados para revistas de moda, zonas de conciertos o punto de realización de actividades de aventuras.
Con la recuperación física de las cuevas y la implantación de actividades complementarias como también la mejora del transporte público, el estudio concluye que las cuevas pueden ser un producto turístico de primer orden. En este sentido, el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Ciutadella, Vicent Fontestad, entiende que "Menorca tiene un amplio abanico de posibilidades al hablar de recursos complementarios, pero la mayoría no han sido recuperados ni puestos en valor para su gestión turística". En esta línea, añade que "Menorca no ha explotado turísticamente sus cuevas, a pesar del interés evidente de estas instalaciones". Un dato corrobora esta afirmación. El año pasado, las diferentes cuevas de España movilizaron a cinco millones de turistas, generando un negocio de unos 100 millones de euros y creando un millar de puestos de trabajo.
PENDIENTES DEL PRECIO
El estudio arroja luz sobre el proyecto para recuperar las cuevas de Cala Blanca y abrirlas al público. No obstante, falta por pulir un aspecto importante en este sentido, el precio que el Consistorio está dispuesto a pagar por hacerse con las grutas subterráneas. Este aspecto aún se está estudiando. No obstante, cabe recordar que el pleno del Ayuntamiento aprobó el inicio de la modificación del Plan General para facilitar la disponibilidad del espacio. Habrá que ver cuál es el proceso finalmente escogido por el Consistorio para hacerse con la titularidad de estas cuevas, después de que un estudio jurídico concluyera que quien es propietario de un terreno también lo es del subsuelo de la misma zona. El equipo de gobierno pidió a los propietarios la cesión gratuita de los espacios, pero la respuesta aún no está decidida.
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