De la Feria de Abril a la Feria del Libro. La misma carpa que el fin de semana pasado dio cobijo a los aficionados a la fiesta más andaluza sirvió ayer de escenario para acoger una nueva edición la muestra anual del libro, que este año se ha adelantado en Ciutadella por la proximidad entre las celebraciones de Sant Jordi y Semana Santa.
En esta ocasión la feria ha cambiado la plaza de la Catedral por la de Es Pins. Si bien los libreros han defendido siempre la primera ubicación, por resultar más céntrica, lo cierto es que ayer no se notó demasiado, ya que se vivió una animada mañana, quizás más que otros años.
Sin embargo, se repitió un escenario ya habitual durante las últimas ediciones: "mucha gente, pero pocas ventas", confesaba la propietaria de Llibreria des Racó, Maria Rosa Herrera Piris. Y es que como cualquier otro campo, el editorial tampoco es ajeno a la crisis. Para la librera, el sector aún no ha tocado fondo. "No estamos enfrentando al pero año desde que comenzó la crisis", confiesa. Y si el año pasado ya fue flojo, en lo primeros meses de 2011 el descenso de las ventas ronda el 50 por ciento según comenta. "La gente tiene menos dinero y eso se nota", añade, para finalmente reconocer, al igual que un buen número de sus colegas, que lo poco que se vende son los libros de bolsillo.
En el caso de la librería Ca na Joana, especializada en literatura infantil, 2011 está siendo también un año negro, aunque en su caso cifra la bajada de ventas respecto al año anterior en un 20 por ciento aproximadamente. "La gente quiere un producto bueno, bonito y barato... que no pase de cinco euros. Ése es lo que busca la mayoría", explica Joana Torres, quien también coincide en que el libro de bolsillo es lo más demandado.
Modelo "low cost"
La tendencia existente no hace más que confirmar que la moda del "low cost" está también al orden del día en el mundo editorial, un modelo que en otros campos ofrece resultados espectaculares, como el de la moda. Joan, responsable de Punt i A part, reconoce que si antes un título tardaba en ver su edición de bolsillo una media de dos años, ese plazo se ha reducido prácticamente a la mitad, e incluso menos.
De cualquier forma, el lado positivo es que pese a la crisis económica, se lee cada vez más, o al menos eso se deduce de las estadísticas ofrecidas por la Xarxa de Biblioteques Públiques de Menorca, que ponen de manifiesto que el número de libros prestados se ha duplicado en los últimos diez años.
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