TW
0

La ausencia de depredadores en un contexto de insularidad facilitó el origen y la supervivencia del conejo gigante de Menorca --'Nuralagus Rex'--, una especie diez veces superior al conejo actual y que habitó la isla hace cinco millones de años, según han explicado investigadores del Instituto Catalán de Paleontología (ICP).

Las investigaciones sobre este gran roedor, que pesaba entre 12 y 15 kilogramos, no podía saltar y se movía con las palmas de las manos puestas en el suelo al estilo de los animales plantígrados, aportan nuevos datos sobre la importancia de la insularidad en la evolución de las especies.

El artículo, que publica la revista 'Journal of Vertebrate Paleontology', refleja que en un ecosistema aislado sin el riesgo de depredadores, los animales grandes tienden a hacerse más pequeños para asegurarse una ventaja competitiva, mientras que los pequeños tienden a hacerse mayores.

Así lo constataría la presencia en las Baleares de fósiles de bóvidos enanos --'Myotragus balearicus'--, tortugas gigantes --'Cherirogaster gymnesica'-- y la presencia actual de especies endémicas con una "extraordinaria capacidad de ahorrar energía", como aves e insectos que no vuelan, locomoción terrestre lenta, tasas metabólicas bajas y cerebros y órganos sensitivos pequeños.

Las orejas del conejo gigante, tal y como señala la coatura del estudio Meike Köhler, reafirman la idea de que vivía en un entorno mucho más seguro que los conejos actuales, ya que presentaba un conducto auditivo exterior muy pequeño.

El artículo recuerda que en el continente, en cambio, los conejos son depredados por vertebrados terrestres y aves, lo que les obliga a ser rápidos y a tener los sentidos muy agudizados.

En un ecosistema sin depredación, los animales pueden alcanzar un tamaño que les permita una mejor economía energética a causa de la menor relación entre la superficie y el volumen del cuerpo, la mayor capacidad para depositar grasa y un intestino más largo que permita extraer más nutriente de los alimentos ingeridos.