Estudió Arte Dramático en Barcelona y estuvo unos años trabajando en la comunidad catalana. ¿Cómo recuerda aquella época?
Como una gran experiencia. Tuve mucha suerte porque fue terminar los estudios y ponerme a trabajar en dos de las mejores compañías del momento, Els Juglars y Teatre Lliure. Aprendí de gente muy buena, pero por cuestiones familiares, decidimos volver a Menorca.
Regresa a la Isla con 27 años y sabiendo que aquí no podría vivir del teatro...
Sí, por eso estudié Turismo. Posteriormente, estuve trabajando en la Oficina Turística de Ciutadella y en otros puestos, hasta que llegué a mi puesto actual en una agencia de viajes. Mi labor me gusta porque es muy administrativa y requiere llevarlo todo al día.
¿Cómo vuelve al mundo escénico?
Nunca lo dejamos realmente. Mi marido es Pitus Fernández, director de la compañía La Clota. Cada vez nos fuimos implicando más. Yo misma fui actriz durante un tiempo pero ahora me dedico a la gestión. Tengo compañeros que me ayudan pero yo me ocupo básicamente de coordinar esa parte. La compañía es muy heterogénea. Por ella han pasado muchas personas que han dejado su granito de arena. Creo que realizamos un teatro muy digno y somos la compañía que más ha salido fuera de la Isla. Nos caracteriza la seriedad y honestidad a la hora de organizar los espectáculos, algo que a la larga compensa.
De hecho, se acaban de enterar que la revista Serra d'Or les ha otorgado el premio de la crítica al mejor espectáculo por "Assajant Albertí".
Es una alegría tremenda y un honor porque el premio es muy prestigioso y estamos encantados. Tenemos que ir a recogerlo a Barcelona el 4 de mayo, en una especie de gala aniversario a la que acudirán otros premiados a lo largo de estos años. La verdad es que ha sido un año muy bueno en ese sentido porque también tuvimos seis nominaciones en los últimos premios Escénica de Balears, haciéndonos con el de Mejor actor.
¿Cuáles son sus proyectos a nivel personal y profesional?
En lo que se refiere a lo profesional, me gustaría dedicarme más seriamente a la gestión cultural. Creo que en Menorca falta dar muchos pasos en esta materia, llegar a la profesionalización. Es algo que lleva mucho trabajo. Respecto a lo personal, no soy muy ambiciosa. Me conformo con disfrutar de mi nieto y verlo crecer sano y feliz.
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