Gasolina. Una furgoneta repostando ayer en una gasolinera de Ciutadella, con el conductor muy atento al precio del combustible - Cris

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El aumento del precio del combustible ha puesto contra las cuerdas al sector del transporte. El incremento de uno de los principales costes de estas empresas ha llevado a la Federación Empresarial Balear de Transporte (FEBT) a recomendar a sus asociados una subida de las tarifas que aplican a sus clientes. En Menorca, la patronal del sector, ASTRAME, se mantiene ajena a esta recomendación, si bien su presidente, Joaquín Bisbal, admite que "quien no adapte sus tarifas a los nuevos costes tendrá dificultades para subsistir".

Bisbal asegura que cada empresa es soberana para tomar sus propias decisiones, y por eso desde la patronal menorquina no emiten ninguna recomendación oficial, como sí han hecho sus homólogos a nivel balear. De todos modos, el presidente de ASTRAME añade que "el problema del encarecimiento del precio del combustible tiene pocas soluciones, más aún cuando el margen de beneficio de las empresas del transporte ya es bastante pequeño". Bisbal estima que en el último año el precio del combustible se habrá encarecido alrededor de un 25 por ciento, "y el peligro es que parece obvio que esta escalada de precios no ha terminado", añade.

En este panorama, entonces, un incremento de tarifas parece inevitable, si bien desde ASTRAME avisan que algunos tendrán más dificultades que otros para aplicarla. Es el caso, por ejemplo, de los transportistas de pasajeros que trabajan mayoritariamente con touroperadores. Estas empresas acostumbran a pactar un precio con los grandes mayoristas turísticos, y éstos son reacios a modificarlo, y menos al alza. En este caso, no obstante, el aumento del precio del combustible es de tal calado que se espera flexibilidad por parte de los agentes turísticos.

La patronal balear instó ayer al Govern balear a incluir en el Régimen Especial de Balears (REB) exenciones fiscales en el consumo del combustible. Desde ASTRAME se reclama la creación del gasóleo profesional (algo que ya se solicitó durante la huelga del sector del transporte en el año 2008), si bien Bisbal tiene pocas esperanzas de que el objetivo se alcance.

LA SEGURIDAD SOCIAL trampa
El sector del transporte tiene que acarrear durante este año con otra carga, además de la del incremento del precio del combustible. Tras la huelga de 2008, el Gobierno central permitió a las empresas del sector aplazar el pago de las cuotas patronales de la seguridad social hasta el período 2010-2011. Lo que en ese momento pudo entenderse como una ventaja ha acabado por ser un arma de doble filo, puesto que sí en 2008 se descargó a las empresas de un coste, ahora se dobla ese gasto, puesto que a las cuotas ordinarias de este año hay que añadir las que no se pagaron entonces. Esta situación, asegura Joaquín Bisbal, está generando "dificultades" en varias empresas del sector.

LOS SEGUROS Y EL "BAF"

Algunas empresas del sector de los transportistas llevan tiempo con medidas que les permiten sortear mejor las variaciones del precio de los carburantes. En el sector marítimo, por ejemplo, muchas de las grandes compañías aplican lo que se conoce como el "Baf", una medida que les permite actualizar automáticamente sus tarifas en caso de variación drástica o reiterada del coste de los combustibles. Algunos transportistas terrestres también usan esta fórmula, incluso en Menorca, pero son los que menos. Otra de las medidas que pueden aplicar las empresas, en este caso las de mayor envergadura, es la contratación de una póliza de seguros que cubra los aumentos desmesurados del precio del combustible. No obstante, la empresa que quiera contratar ahora este seguro deberá hacer frente a un coste importante, puesto que en las actuales circunstancias las empresas aseguradoras solicitan unas primas muy elevadas para cubrir esta incidencia.