Patronal agraria. Biel Company, presidente de Asaja Balears - Gemma Andreu

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El presidente de Asaja-Balears, Biel Company, califica de apaño, camelo y parche electoral, la posibilidad apuntada desde algunos sectores de que Quesería Menorquina se convierta en una sociedad mixta participada por trabajadores, Administración y sector primario.

El líder de la patronal agraria, duda de la efectividad de este último intento por parte de las instituciones públicas locales y autonómicas de salvar la continuidad de la fábrica de Maó, -que sólo sería posible en el caso de que Nueva Rumasa presente el concurso de acreedores y se nombre un administrador judicial-.

"Estamos en una dinámica en la que se están poniendo demasiados parches y con todo el morro se pondrá uno en Quesería Menorquina para llegar a las elecciones. Les importa un carajo lo que suceda a partir de entonces", denuncia Company en referencia a las negociaciones que realizan en este sentido responsables políticos autonómicos e insulares, al tiempo que hace hincapié en la necesidad de dar a la fábrica una solución a largo plazo, y abordar "un plan estratégico y comercial". "Quesería no necesita una aspirina, esto requiere operación, hay que entrar en quirófano y lo que pasa es que los políticos no quieren medidas a largo plazo, sólo hacerse la foto", añade crítico.

El presidente de Asaja argumenta que la extrema situación que atraviesa la factoría mahonesa, cada día más cerca de la quiebra y el cierre, hunde sus raíces en las "torpes negociaciones" llevadas a cabo en su día por la Administración y Kraft con la familia Ruiz Mateos, cuando la multinacional norteamericana anunció el cierre de la fábrica. "Ahora tenemos un problema más grave que entonces. Han hipotecado la fábrica por 15 millones de euros, se han llevado el dinero y nos han dejado con cara de tontos. A esto se le llama tomadura de pelo", apostilló.

Un gasto erróneo
En relación a esta cuestión Biel Company criticó la errónea política subvencionadora aplicada por las administraciones públicas en Quesería Menorquina y el consiguiente "gasto que no inversión" realizado al sufragar económicamente a una empresa que estaba siendo mal gestionada en detrimento de otras que lo hacían bien. "Ese dinero podría haberse destinado a otros asuntos que en estos momentos están sin dotación presupuestaria y no salen", señaló.