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Autoficha
Me llamo Flora Moriggi. Nací en el norte de Italia, cerca de Milán. Desde hace cinco años y medio vivo en Menorca. Estudié Bellas Artes en Brera. Me dedico al mundo de la hostelería. En la actualidad preparo una exposición de pintura, prevista para el mes de septiembre en el Ateneu. A todo lo que hago me gusta ponerle un toque artístico, algo que salga de mí. Me gusta inventar y reinventar.

En la actualidad explota su faceta de pintora. Pero sus inicios están ligados a la escultura. ¿No es así?
Sí, en Italia me dediqué bastante a la escultura. Pero estando en Menorca es mucho más práctica y rentable la pintura. Con la escultura me siento más representada. De hecho, la gente ve en lo que hago como escultora más fuerza y energía. Pero es más complicado.

¿Cómo ha sido su paso a la pintura?
En estos años que llevo en la Isla he dedicado el tiempo a jugar, a probar diferentes técnicas. Pero desde este año quiero encontrar un estilo propio.

¿Ha sido dificultoso?
En pintura, yo solo había experimentado con la técnica del óleo, que me encanta. Es muy expresiva. Me reconozco en ella, me representa. Pero como vengo de una escuela especializada en escultura, al principio notaba que le faltaba algo. Ahora me estoy centrando más en un tipo de pintura abstracta y ya me voy reconociendo más.

En septiembre expone en el Ateneu. ¿Con qué se encontrará el público?
Será el resumen de las pruebas que he hecho en estos años. Será impactante. Mucha gente me dice que mis cuadros no parecen de la misma persona porque son estilos diferentes.

¿Qué sensaciones tiene ante esta exposición?
Un poco de miedo, pero positivo. No solo expongo cuadros, me expongo un poco a mí misma. Me desnudo, del alguna forma. Pero tengo muchas ganas y mucha ilusión.

Sin embargo, le ha costado lanzarse a exponer.
En Italia sí expuse. En Menorca hice una pequeña exposición en Hijos de Juan Sintes. La cuestión es que he empezado a creer en mí misma hace poco tiempo. Mi idea era entrar poco a poco en este mundo de la pintura. Empezar con algo íntimo, contenido. El Ateneu es un sitio de gran nivel, donde han expuesto artistas con un gran nombre. Y claro, meterme al mismo nivel que ellos me parecía demasiado. Pero a raíz de esta exposición en Hijos de Juan Sintes cogí confianza. Era un paso que tenía que hacer desde hacía tiempo.

¿Vivir del arte es un sueño para usted?
Sería un sueño, sí. Pero es muy complicado. Y a mí no me gusta vivir de sueños. Soy en un 50 por ciento artista, es decir, imprevisible, intuitiva. Pero también tengo los pies en el suelo. Así que solo el hecho de exponer para mí ya es una satisfacción.