Las grandes promociones que no han vendido la totalidad de sus viviendas suponen un riesgo para las comunidades de propietarios - Gemma Andreu

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"Apreciados propietarios. Siento comunicarles que no podemos hacer frente al pago de las cuotas de la comunidad. Para compensarles, les ofrecemos activos de nuestra propiedad". Ésta era, aproximadamente, la carta que un promotor remitía no hace mucho a los responsables de una comunidad de vecinos de Menorca, a la que ofrecía quedarse con algún piso para compensar su deuda con la comunidad. La oferta es excepcional, pero no lo es la situación que pone de manifiesto.

En pleno 'boom' inmobiliario, las promociones de grandes bloques de viviendas proliferaron como setas por toda la Isla. Poco a poco, se iban vendiendo pisos, y los nuevos inquilinos asumían los gastos de la comunidad conjuntamente con el promotor. Cada vecino pagaba por su piso, y el promotor lo hacía por las viviendas que aún no había vendido y que, por lo tanto, eran de su propiedad. Esto era así hasta que la crisis económica y el estallido de la burbuja inmobiliaria puso contra los cuerdas a los promotores. Muchos de ellos dejaron de pagar las cuotas de la comunidad, con los evidentes perjuicios que esto supone para los vecinos que residen en bloques de viviendas.

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