Nueva Rumasa acumula una deuda de 7,5 millones de euros con 520 ganaderos de vacuno, que llevan sin cobrar entre tres y cinco meses, lo que supone una media de más de 20.000 euros por explotación, según datos de la organización agraria COAG.
Cerca de la mitad de los productores afectados por el impago de leche se encuentran en Galicia y el resto se reparten, principalmente, entre Castilla-la Mancha (comarca de Talavera de la Reina), Aragón, Castilla y León (Avila y Segovia) y Menorca.
A ellos se suman además otros 200 productores de caprino, que igualmente se han visto afectados por el impago de materia prima por parte de Nueva Rumasa, que compra unos 200 millones de litros de leche al año, a través de Clesa, Cacaolat y Dhul, mediante intermediarios que son los que tienen que afrontar el pago a los ganaderos.
En concreto, gran parte de los ganaderos han dejado de servir leche desde el pasado 1 de enero ante la incapacidad de la compañía de hacer frente a los pagarés y se han puesto a buscar rutas de recogida alternativas.
Ante esta situación, COAG ha exigido a la Administración la aprobación de un régimen sancionador dentro de la Ley de Morosidad para evitar que se registren nuevos casos de impagos como el de Clesa.
"El plazo de 30 días estipulado para el pago de los productos perecederos se incumple sistemáticamente, lo que agrava aún más la crítica situación en la que se encuentra el sector ganadero que, en la mayoría de los casos, se ve obligado a vender sus productos por debajo de los costes de producción", afirmó el responsable de Producción Ganadera de la Comisión Ejecutiva de COAG, José Luis Iranzo.
Igualmente, consideró necesario un mayor esfuerzo y control por parte de las Comunidades Autónomas para garantizar el cumplimiento efectivo de los plazos de pago que marca la ley.
Otras fuentes del sector agrario consultadas por Europa Press señalaron que los problemas de Nueva Rumasa "se veían venir", aunque confiaron en que la situación por la que atraviesa el grupo de José María Ruiz-Mateos, que ha solicitado el 'preconcurso' para diez de sus empresas, sea "salvable".
En concreto, proveedores de Clesa han empezado a adoptar medidas jurídicas ante el impago de materia prima que sirven a esta empresa y además han dejado de servir leche desde el pasado 1 de enero ante la incapacidad de la compañía de hacer frente a los pagarés.
"Están haciendo dinero con el dinero que les deben a los proveedores", resaltaron las mismas fuentes, al tiempo que señalaron que si los ganaderos dejan de suministrar leche a la fábrica, empezará a llegar menos producto a los lineales y con menos regularidad.
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