Opiniones dispares conviven a pocos metros entre los comerciantes de Maó cuando se trata de evaluar el avance en el proyecto municipal de peatonalización del centro.
La Plaça Constitució luce desde el pasado día 6 más espaciosa que nunca, sin coches en su zona central, y una amplitud que despista a más de un conductor, ya que todavía no se cuenta con la señalización definitiva que indique cómo circular, ahora que los aparcamientos han desaparecido.
"Me parece fantástico que se hayan suprimido esas plazas, porque además no creo que en su mayoría fueran utilizadas por gente que viene a comprar, sino más bien por los que trabajamos en el centro, y creo que hay alternativas, lo que pasa es que estamos mal acostumbrados, no puede ser que desde la Avenida Menorca se venga hasta aquí en coche", señalaba ayer Roberto, el propietario de uno de los comercios de la plaza del Ayuntamiento.
"Yo creo que no nos va a perjudicar, al contrario, y a nivel estético, como ciudadano, creo que es esencial que la plaza pueda estar libre de coches y que sea semipeatonal, se podrán realizar más eventos", opinaba este mismo empresario, quien añadía que " si todos los clientes que vienen al centro lo hicieran en coche, con todos los coches que hay, nunca podrían aparcar, porque siempre estaría lleno".
Pero en otro de los comercios próximos Carmen se proclamaba harta e "indignada" de tener delante de su negocio una zona de carga y descarga desde hace cinco años. "Es muy bonito que sea peatonal, ni estoy a favor ni en contra, yo solo sé que cada vez que han quitado aparcamientos aquí las cosas no han ido bien, la gente necesita acercarse y venir casi hasta la puerta", afirmaba.
En otra tienda de Portal de Mar Margarita urgía al Ayuntamiento a delimitar los carriles por donde se debe circular ahora en la plaza, "porque puede ser peligroso" y se quejaba de la nueva zona azul. "Que se supriman los aparcamientos delante del Ayuntamiento y de la iglesia y se deje libre de coches me parece bien pero", matizaba, "lo que no me parece tan bien es la zona azul nueva, que está lejos del centro, y ni los clientes ni los comerciantes tienen tiempo de cambiar el ticket si estacionan allí".
La empresaria aludía a la entrada en funcionamiento de la nueva zona de aparcamiento de pago en la calle Albert Camus, próxima al pabellón de Sa Sínia Costabella y al colegio San José. Desde ayer lunes esta calle se suma a las zonas de la ciudad en las que se paga por aparcar, con el objetivo de obligar a la rotación de vehículos. Dicha calle aparecía ayer más vacía que de costumbre, ya que los conductores buscaban un lugar donde dejar su coche sin tener que pagar ni cambiar el ticket.
En las cafeterías próximas a la Plaça Constitució esperan que la supresión de aparcamientos y el tráfico restringido animen a pasear y a consumir en el centro. El Ayuntamiento prevé instalar elementos decorativos en la zona, así como la mejora del adoquinado y, a medio plazo, contempla la posibilidad de que las terrazas ocupen el espacio hasta ahora destinado en exclusiva a los coches.
Más plazas para discapacitados y menos tránsito en la calle Esglèsia
En cuanto finalicen las obras de la Plaça del Carme la conexión entre la Plaça del Príncep y Ses Voltes será sólo de bajada y por la calle Portal de Mar se circulará en dirección al Ayuntamiento. "Portal de Mar dará acceso a la plaza y se podrá girar hacia Sant Roc y s'Arraval", señaló ayer el concejal de Esquerra de Menorca Mateu Llabrés, responsable del Área de Movilidad.
Según Llabrés, el cambio circulatorio aliviará el tráfico en la calle Esglèsia, que se reducirá a transportistas y conductores de paso hacia el Consistorio o la iglesia. Delante del edificio Principal de Guardia el Ayuntamiento prevé habilitar plazas de estacionamiento para discapacitados.
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