Exterior. Ésta será una imagen habitual a partir de ahora - Paco Sturla

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El tabaco fue, sin duda, uno de los protagonistas durante la jornada de ayer en Menorca. Tras la entrada en vigor a medianoche de la normativa que prohíbe fumar en bares, restaurantes, locales de ocio nocturno y demás espacios públicos, resultó llamativo ver a muchas personas fumando en el exterior de los distintos establecimientos, así como el hecho de acceder a locales en los que no se respiraba nada de humo y en los que ya se había retirado un elemento clave: el cenicero.

Si hay una sensación común entre los ciudadanos afectados es la de incertidumbre. Camareros y clientes se quejan de la poca información recibida, sobre todo, los propietarios de los negocios, quienes no saben exactamente qué hacer en caso de que un cliente se niegue a apagar su cigarrillo, a quién iría dirigida la multa o cómo serán las inspecciones que se realicen.

Uno de estos empresarios, asegura que nadie se ha ocupado de mandar una circular con los puntos de la nueva ley. "Supongo que la primera inspección será informativa. Yo veo a la gente muy perdida", explica.

Precisamente, el bar de este empresario cuenta con una terraza cubierta y cerrada en la que se estaba fumando en el 80 por ciento de las mesas. La puerta que conecta este espacio con el interior del bar estaba abierta. "Teóricamente, estos clientes están fumando fuera, no sé si me multarían", comenta.

Hay que decir que dos de los ciudadanos que estaban en dicha terraza se sentían bastante molestos. "Normalmente nos sentamos en la barra y tomamos café. Nosotros dejaremos de fumar cuando queramos, no cuando diga el Gobierno".

El gerente de un restaurante cercano cuenta que varias personas entraron fumando "por la inercia". "Fue decirles que ya no se puede fumar y enseguida salieron. Creo que es mejor para todos. Yo soy fumador y creo que será cuestión de acostumbrarse" dice.
También en el pabellón del Menorca Bàsquet se hablaba sobre tabaco. Varios aficionados aprovechaban el descanso para salir a fumar y beber algo. "Tendremos que fumar en casa. Esto se tendría que haber hecho poco a poco y no así y ahora, que ya estamos mal con la crisis como para que los negocios pierdan clientela", decía uno de ellos.

En el bar del Club Tenis Mahón tampoco se veían ceniceros. "Hoy es un día tranquilo pero, el resto de la semana, uno de los salones se llena de socios que juegan al dominó tomándose su cerveza o su carajillo. Me imagino que si quieren fumar cigarros o puros tendrán que salir", explica uno de los trabajadores.

En el "Mateu Orfila"

El personal de seguridad del Hospital Mateu Orfila cuenta desde ayer con una nueva misión: informar a los usuarios que no se puede fumar cerca de la puerta y, en caso de que esta medida no funcione, llamar a la Policía. "Lo controlamos todo con las cámaras y, si en días anteriores veíamos a bastante gente fumando en el exterior, hoy no se ve a nadie. Sólo hemos visto a una persona, a la que hemos informado y lo ha apagado", apunta uno de los vigilantes. Su compañero, sin embargo, se pregunta cómo aguantará sin fumar en una jornada de ocho horas de trabajo. "Si quiero salir a fumar, tengo que abandonar mi puesto. Lo que tendré que hacer es aprovechar esta situación y fumar menos".

Algunas trabajadoras del bar del Hospital se quejan porque para fumar deben salir del recinto hospitalario, lo que les lleva entre 10 o 15 minutos más lo que tarden en consumir su cigarrillo. "Si tenemos 20 minutos de pausa para desayunar y tenemos que irnos tan lejos, no nos da tiempo de hacer nada".

Otros empleados, por el contrario, critican que no exista igualdad de condiciones precisamente en ese punto. "No es justo que, porque uno sea fumador, tenga que estar perdiendo 15 minutos por salida para fumar. ¿Los que no fumamos tenemos que realizar también su trabajo porque salen a fumar?"

Uno de los celadores afirma que si alguno de los trabajadores del Hospital fuma en el recinto, incluido el parking, se le abrirá un parte. "Llevo trabajando en esto 30 años y he visto de todo. Lo peor, además de lo perjudicial que resulta para la salud, es la imagen que se ofrece viendo a personal y enfermos fumando fuera". El celador explica que quienes lo pasarán peor serán los pacientes, que a veces salen fuera con el goteo y la bata puestos. "He llegado a ver personas con una traqueotomía que se ponían el cigarro en el agujero del cuello, son adicciones muy fuertes".
Hoy se retirarán los ceniceros del Hospital.