Caos. La necesidad de los pasajeros de ser informados sobre su vuelo y de ser reubicados en próximas salidas saturó las ventanillas de las compañías aéreas - Javier

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Centenares de personas se vieron ayer afectadas en el Aeropuerto de Menorca por el cierre del espacio aéreo provocado por el abandono masivo de los controladores de sus puestos de trabajo. Esta paralización del tráfico obligó a cancelar en el aeródromo menorquín un total de 20 operaciones, en concreto, nueve de llegada y once de salida.

Según los datos facilitados por AENA, esta actitud "intolerable e irresponsable" perturbó el tráfico aéreo de cerca de la mitad de los movimientos programados para toda la jornada de ayer, 50 en total.

La situación empezó a fraguarse a media tarde, cuando los controladores comunicaron su incapacidad para continuar ofreciendo el servicio abandonando sus puestos de trabajo.

La compañía Air Berlin que debía despegar desde Menorca en dirección a Palma a las 18.15 horas embarcó a todos sus pasajeros "con una rapidez extrema y fuera de lo normal", explica la pasajera Laura Moll quien viajaba con su hermana y tres niños, los maridos ya se encontraban en Palma a la espera de que llegara el resto de la familia para disfrutar de unos días de vacaciones.

A las 17.40 horas ya estaban todos sentados en el avión por "retrasos" según informó la compañía. Allí permanecieron durante una hora hasta que les anunciaron que debían desembarcar y que era necesario esperar hasta las 20.30 horas para despegar. "Estuvimos una hora más fuera del avión, cerca del fínger", explica otro pasajero, Sergio Arias, y añade que "finalmente nos comunicaron que nos dirigiéramos a la planta de salida para reclamar, porque el vuelo había sido cancelado". Fuentes cercanas a la compañía indican que el vuelo ha sido reprogramado para esta mañana.

Decepción, impotencia, indignación y cientos de ilusiones frustradas. Ésta era la tónica generalizada que se percibía en el aeródromo menorquín. "Hemos estado recaudando durante meses para permitirnos unas vacaciones y ahora, todo está perdido", anunciaba indignada Catalina Gallart, quien se había trasladado hoy mismo hasta Menorca desde Palma para iniciar un viaje con un grupo de amigos de la Isla.

"Que un trabajador mileurista tenga que sufrir las consecuencias de una chiquillada de quienes cobran una barbaridad es indignante", indicaba. Patrícia Triay, otra pasajera que tenía previsto viajar hasta Londres con su familia, sentada en el suelo, apoyada en las maletas junto a su sobrina que derramaba lágrimas al ver todas sus ilusiones frustradas, decía que "este vuelo tiene muy pocas frecuencias, no sé si nos marcharemos ya, teníamos el hotel, las visitas a museos y a musicales todo pagado, y estamos aquí, sin viaje y sin nada".

Las colas en las taquillas de las compañías aéreas eran kilométricas -ya fuera para informar, reembolsar el dinero o colocar los pasajeros en próximos vuelos, según criterios de cada empresa-, las hojas de reclamaciones que se llenaban en el puesto de AENA se podían contar por centenas y las llamadas por teléfono a familiares o amigos eran incontables. El pasaje mostraba a su vez su malestar ante la precaria información que se le estaba dando desde el Aeropuerto, algunos incluso desconocían qué estaba ocurriendo.

Éste fue el caso de Linda David Coles, una británica que regresaba a su casa después de pasar unos días con unos amigos residentes en la Isla. "No sabemos qué pasa, nadie nos informa, mañana tenía obligaciones y el lunes trabajo, no sé hasta cuándo no podré salir de la Isla", aseguraba.

Los pasajeros del vuelo a Luton operado por la compañía Monarch fueron los primeros en conocer que su vuelo había sido cancelado. Tras verlo escrito en el monitor, la familia de Amalio Riudavets explicó que su vuelo debía salir el jueves pero fue cancelado a causa de la nieve y ayer, otra vez cancelado. Con resignación su mujer Georgina Bromwich indicaba que "aún podemos volver a casa, hay quienes deberán pagar noches de hotel", a lo que añadía que "teníamos las vacaciones organizadas desde hacía seis meses, ha sido un buen palo". Su padre, de origen británico, aseveraba que "España tiene una precaria proyección hacia el exterior y sólo le falta esto para empeorar aún más esta imagen".

También viajaba a Luton Gonzalo Mercadal con su familia. "Es una vergüenza, estoy indignado que un colectivo tenga la capacidad de paralizar un país", puntualizaba.

La situación aún empeoraba entre aquellos que debían tomar un enlace. La hija de Mónica Gómez tenía previsto viajar hasta Palma a las 19.10 horas para tomar el vuelo de las 22 horas hacia Sevilla. Gómez explicaba que ya se ha perdido el coste del hotel, "no lo volveremos a pagar, hemos cambiado el billete por el vuelo de mañana (por hoy) a Palma y allí se quedará a pasar unos días, no nos podemos permitir un gasto doble".

El Aeropuerto de Menorca, como en el resto del país, fue un caos, las compañías no sabían cómo actuar, desconocían incluso cuándo se restablecería el tráfico aéreo. Algunos trabajadores aseguraban que a las 20.30 horas se procedería a operar de nuevo, cuando no fue así. Pasadas las diez de la noche se dieron por cancelados todos los vuelos, tanto los de salida como los de llegada.

A los centenares de pasajeros que ayer se vieron obligados a abandonar el aeropuerto sin haber tomado avión alguno, tan sólo les quedó la atención de AENA de eliminar el pago del aparcamiento público.

El colapso aéreo afecta 159 vuelos en las Islas

El cierre del espacio aéreo afectó a 159 vuelos en Balears, provocando que miles de pasajeros se vieran atrapados en los aeropuertos de Palma, Menorca y Eivissa.

Por otra parte, Balears no dispone de controladores aéreos militares, según han informado a Europa Press fuentes del Ejército del Aire, que han señalado que están a la espera de recibir las instrucciones por parte del Ministerio de Defensa. Así, las citadas fuentes han recordado que los aeropuertos de Balears son "cien por cien de control aéreo civil", por lo que en caso de que fuera necesario que los militares controlaran el espacio aéreo deberían trasladarse de la Península.

La Dirección Regional de Navegación Aérea confirmó anoche que había varios controladores civiles en el Aeropuerto de Palma, con el fin de garantizar todos los vuelos de emergencias, rescates y trasplantes.