José Luís Rodríguez Zapatero sorprendió el miércoles con el anuncio de la privatización del 49 por ciento de AENA, el ente público que gestiona los aeropuertos españoles y los servicios que en ellos se prestan. El anuncio es muy reciente, y falta por conocer la concreción de lo anunciado desde la tribuna del Congreso de los Diputados, pero la palabra privatización despierta algunos recelos en Menorca, donde el aeropuerto se entiende no como una infraestructura, sino como una necesidad vital.
El conseller de Movilidad, Damià Borràs, entiende que la privatización de AENA debería ser especialmente cautelosa con el aeropuerto menorquín. Borràs entiende que en estos casos, el interés público debe prevalecer por encima del económico. "Hay que garantizar que las decisiones estratégicas en el aeropuerto menorquín se adopten en base al interés público y no al interés lógico del sector privado de ganar dinero", asegura el conseller.
En este aspecto, entiende que no valdrá todo para conseguir mejorar el resultado económico del aeródromo menorquín. Las tasas aeroportuarias, por ejemplo, deben tener en cuenta la rentabilidad, pero sobre todo el carácter estratégico del aeropuerto, tanto para los menorquines como para su principal actividad económica, el turismo.
Y es que los resultados económicos de los aeropuertos españoles es altamente deficitario. Según datos del Ministerio de Fomento, solamente el aeródromo de Bilbao obtuvo el año pasado beneficios, unos escasos 100.000 euros. El resto, todos deficitarios, y entre ellos, el aeródromo menorquín es el cuarto con peores resultados, solamente superado por Barajas, El Prat y Vitoria. En Menorca, en 2009 el aeropuerto perdió el pasado año 14 millones de euros, y las previsiones es que este año la pérdida incluso sea mayor, superior a los 15 millones.
La clave de estas pérdidas son las grandes inversiones realizadas en todos los aeropuertos, que después hay que amortizar en varios años. En el caso de Menorca, hay que pagar la nueva terminal, el aparcamiento, la mejora de los sistemas de navegación, el asfaltado de la pista o una nueva depuradora.
Inversiones muy cuantiosas, que lastran el presupuesto de cada uno de los aeródromos, y que en el caso menorquín, según los datos de Fomento, elevan su deuda hasta los 135 millones de euros, y con perspectivas de llegar a los 140 millones a finales d este año. No en vano, solamente durante este año se tendrán que amortizar once millones de euros por inversiones, más de la mitad de los ingresos ordinarios del aeródromo.
La fórmula de la privatización de AENA no debería echar al traste la propuesta apalabrada con el Ejecutivo central, según Damià Borràs, y a partir de la cual los aeropuertos de Balears contarían con un órgano de gestión participado por el Ejecutivo autonómico y las administraciones locales de cada Isla.
En este sentido, el conseller de Movilidad solicita que no se cree un único organismo de gestión para los tres aeropuertos de Balears, "porque las grandes dimensiones del aeropuerto de Son Sant Joan podrían acabar lastrando las decisiones que se tomaran y perjudicando a los otros dos aeropuertos que, no lo olvidemos, acaban siendo instalaciones competidoras".
Borràs aboga por crear tres organismos independientes, o en el caso de que se creara un ente, que éste proporcionara margen de maniobra suficiente a cada aeródromo.
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