La Policía considera "no habituales" las peleas en el antiguo solar del butano

Camps quiso recordar que, si bien es cierto que tiempo atrás había quejas reiteradas de los vecinos por los ruidos ocasionados en estos terrenos, "últimamente no las ha habido". De hecho, desde la Policía Local aseguran que las reuniones y las fiestas que se celebran en el antiguo solar de Repsol son habituales en verano, mientras que en invierno se reducen notablemente.

Parcela privada
La intervención municipal para impedir que se produzcan fiestas, eventos o competiciones deportivas en este lugar queda limitada, ya que se trata de una parcela de titularidad privada, por lo que el Ayuntamiento no puede más que solicitar el vallado a la propiedad para impedir el acceso. En este sentido, Camps concretó que desde la Policía Local sólo se puede intervenir en caso que se vulnere la normativa relativa a ruidos, pero no en relación al consumo de alcohol, ya que no se produce en la vía pública.

Para el concejal de Serveis Socials en Ponent, Magí Muñoz, éste es un problema difícil de resolver. Una de las opciones con las que cuenta el Consistorio es destinar algún espacio público para este tipo de reuniones sociales, unos encuentros muy habituales y arraigados culturalmente entre la comunidad ecuatoriana. Para Muñoz, ceder un espacio podría ocasionar problemas puesto que se trata de un lugar público, es decir, para el uso y disfrute de todos los ciudadanos. Sin embargo, el Ayuntamiento contempla esta opción y la intención es buscar una ubicación alternativa, posiblemente en las inmediaciones del polígono industrial, en suelo público. Si esto se cumpliera, se evitaría, al menos en teoría, el consumo de alcohol, principal detonante de las reyertas.

Tradiciones
Lo que se tiene muy claro tanto por parte de la Policía Local como del Consistorio es que este tipo de celebraciones deportivo-lúdicas, sociales y gastronómicas (se organizan comidas, meriendas y demás) que se celebran en Dalt Sa Quintana no obedecen, sino, a tradiciones culturales. "Es una cultura, una manera de vivir, de reunirse, comer juntos. Se juntan familias enteras, con niños, mujeres. Se trata de un tema más cultural que policial", asegura Ignasi Camps.

A pesar de todo, cabe señalar que en el solar abandonado se reúnen personas de diferentes nacionalidades.