Acto. Buen ambiente, distendido en casi todo momento, un encuentro balsámico tras meses duros - Paco Sturla

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No podía pedir más Chiqui de Sintas en su puesta de largo como candidato a la alcaldía de Ciutadella. Sol radiante y el calor de más de un centenar de dirigentes, afiliados y simpatizantes –entre ellos, los presidentes regional e insular, José Ramón Bauzá y Santiago Tadeo, los alcaldables de Es Castell, Ferreries o Maó y los diputados Juan Carlos Grau y Antònia Gener– acompañaron a De Sintas en un acto rebosante de optimismo que dejó clara la convicción del partido de haber dado con el candidato perfecto.

Inmersos en una precampaña infinita –comienza nada más tomar posesión el presidente o alcalde de turno– la hora larga de retraso con la que comenzó el encuentro, celebrado en el hotel Port Ciutadella fue, lo de menos. El PP no lo ha pasado bien los últimos meses en Ciutadella- la propia presidenta de la agrupación local, Assumpta Vinent, lo reconocía en su intervención –pero encara el futuro próximo muy ilusionado, a la vista de las manifestaciones de sus dirigentes.

Ilusión fue precisamente uno de los argumentos más repetidos en los parlamentos protagonizados por la propia Vinent, pero también por Tadeo, De Sintas y, sobre todo, Bauzá. "La ilusión que tiene Chiqui es lo único que tiene como patrimonio nuestro partido, lo que permitirá superar la actual coyuntura y las incompetencias de los que nos gobiernan", llegó a decir el presidente regional.

Los dirigentes populares insistieron, asimismo, en la necesidad de asumir como propio el nuevo proyecto encabezado por el nuevo líder del PP ciutadellenc. "Todos sois útiles, cuando digo todos, sois todas y todas. Tanto a mí como a la gente que forma parte de mi equipo, nos tenéis para cualquier idea o propuesta, abiertos a cualquier aportación", remarcó De Sintas al final de su intervención.

Destacó también en el argumentario una eufórica sensación de victoria anticipada. El arqueo de cejas y los gestos llamando a la calma de Bauzá y Tadeo, cuando De Sintas se refirió a ellos como los "próximos presidentes de las principales instituciones", quedaron diluidos a medida que se desarrollaba el acto.

Incluso el presidente regional –a quien se le intuía cauteloso en su inicio– se dejó contagiar por el "magnetismo" y la "fuerza" que, en sus palabras, tiene Ciutadella desde la elección de Chiqui, y no dudó en pronosticar "él nos dará el gobierno de Ciutadella, Ciutadella nos dará el de Menorca, Menorca el de Baleares y Baleares el de España".

Sus palabras servían de resumen a una jornada preñada de sonrisas, saludos y parabienes. Nadie atendía demasiado al vídeo de presentación del alcaldable, que, a ritmo de "Feel" de Robin Williams, servía de aperitivo a la comida. Reinaba el buen ambiente y no había prisa en la sobremesa del primer acto oficial del ex caixer señor, Chiqui, el primero de muchos en la que se intuye como una larga carrera electoral.