La finalización del anexo del "Fontirroig" acumula retraso. - Javier

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La APIMA del colegio público Mateu Fontirroig de Maó se reunió el jueves con el gerente de IBISEC (Institut Balear d'Infraestructures i Serveis Educatius i Culturals) y el delegado de Educación en Menorca, Joan Coll, quienes informaron a los quince padres y madres presentes de la situación actual, por la que no se vislumbra el final de las obras del anexo del colegio, que a pesar de las carencias lleva funcionando desde inicios de curso.

La falta de suministro de materiales por parte de los industriales que, al parecer, no se fían de la empresa constructora Edificaciones Ramos, parece ser la causa por la que no se termina el comedor del colegio ni los acabados como zócalos, el sellado de puertas y ventanas y otros detalles. El presidente de la APIMA, Carlos Montes, hizo ayer unas declaraciones en nombre de la junta para mostrar su enfado por las condiciones de las obras, que vienen afectando a todos los alumnos desde hace meses. Además en estos momentos no puede preverse su final. "Hemos sido muy pacientes, pero nuestra paciencia tiene fecha de caducidad. Ésta es una escuela pública a la que acuden diariamente cientos de niños y que se abrió a mediados de septiembre con deficiencias muy importantes y que vemos que se pueden alargar en el tiempo si no se toman medidas a corto plazo".

La junta de la APIMA reconoce el esfuerzo que se está realizando desde el IBISEC y la Conselleria de Educación, pero cree que es insuficiente y le reprocha que no tengan un plan B para este tipo de situaciones, "no nos parece serio". La urgencia viene también determinada por las deficiencias que afectan el día a día en las aulas, "no es serio que hagan unas obras de este calibre y en las primeras lluvias nos encontremos con aulas y pasillos anegados de agua". También les preocupa la falta de calefacción, "estamos a las puertas del invierno y el pesimismo mostrado anteayer tanto por el conseller como por el gerente nos hace estar muy preocupados".