TW
0

Autoficha. Mi nombre es José Casasnovas Anglada, soy músico amateur y desde hace unos años me dedico a la venta de instrumentos. Nací en Ciutadella el 24 de abril de 1977. Mi afición por la música surgió a los nueve años, cuando empecé con clases de piano, después me pasé a la guitarra y en el 92 comencé con la trompa. Dos años después entré en la Banda Municipal, a la que pertenezco desde entonces.

¿Cómo surgió la idea de montar una tienda especializada en la venta de instrumentos?
Quería tener un negocio propio y ése era un campo que veía que aquí no se tocaba y que podía tener posibilidades, por eso decidí tirar para adelante.

¿Cómo ve el panorama musical en la Isla?
La verdad es que es muy bueno. Siempre se ha dicho que donde había más músicos por habitante era en Valencia, y ahora se está comentando que Menorca ya está empezando a desbancar a esa ciudad. Hay bastantes agrupaciones musicales para lo pequeña que es la Isla.

¿Qué tipo de perfil de comprador tiene en su negocio?
Principalmente el de un músico que empieza ahora, y también mucho amateur. En definitiva músicos de una clase media, sin estudios superiores. El profesional ya busca otro tipo de establecimientos más especializados e incluso va a las fábricas de instrumentos, donde puede realizar pruebas.

Supongo entonces que habrá mucho cliente joven…
Efectivamente. Muchos chavales que vienen con sus padres, a partir de unos 6 años, hasta unos 18, pero también viene mucha gente mayor relacionada con el mundo del folclore, que suelen comprar guitarras, bandurrias…

¿Y en tiempos de crisis también se nota en este tipo de establecimientos?
Sí que se nota. Y de hecho ahora se puede comprobar que la gente alquila muchos más instrumentos en vez de comprarlos. Por poner un ejemplo, por cada tres instrumentos que vendo, alquilo unos 18.

¿Cuál es instrumento que más se vende?
El saxo alto.

Y el que menos…
El piano acústico, que ha quedado muy desbancado por el digital.

La batería también parece un regalo muy jugoso…
En verdad es un sector que se mueve poco, más que nada porque a veces son caprichos de los más jóvenes, pero sus padres son conscientes del jaleo que pueden armar... Por eso cada vez se vende más la batería eléctrica.

Creo recordar que usted fue una de las personas que intentó impulsar la creación de un sindicato de músicos a nivel insular… ¿Cómo está el proyecto?
Pues totalmente aparcado, aunque creo que sigue siendo muy necesario. Necesitamos reivindicar los derechos de los músicos. Tenemos que acabar con costumbres como la de voy a tocar a cualquier sitio y porque me gusta lo hago gratis. Es verdad que quizás no lo haces por el dinero, pero a veces te sale caro.